El Partido Popular cierra una semana convulsa en el seno de su cúpula. El lunes Pablo Casado comunicó a Cayetana Álvarez de Toledo su relevo en el puesto como portavoz del grupo parlamentario, para ser sustituida por Cuca Gamarra.

No ha sorprendido este cambio que ha hecho el presidente del PP. Los encontronazos entre Cayetana Álvarez de Toledo con diversos barones autonómicos, en especial, los vascos; y con el secretario general de la organización, Teodoro García Egea, han sido muy sonados y constantes en estos últimos meses.

Una disputa interna, que pese a no hacerse pública era por todos sabida. En este sentido, muchos barones autonómicos como el presidente de la Xunta de Galicia, Alberto Núñez Feijóo han pedido a sus compañeros de Madrid bajar el tono en la tribuna de oradores del Congreso de los Diputados, ya que en más de una ocasión las intervenciones de unos y otros han dejado mucho que desear.

Sin duda Cayetana ha sido una de ellas. En estos tiempos ha vertido duras críticas contra el Gobierno y los separatistas catalanes, y en una ocasión ha acusado a Pablo Iglesias de ser hijo “de un terrorista”.

Pero los cambios en el PP han ido más allá. Sin duda, uno de los nombres más repetidos y sonados esta semana ha sido el del alcalde de Madrid, José Luís Martínez Almeida, que da su paso a la política nacional.

Apuesta por la gestión y la solvencia

Estos relevos han sido interpretados como un viraje estratégico hacia la moderación. Una afirmación con la que no está del todo de acuerdo Pablo Simón, politólogo y profesor de la Universidad Carlos III de Madrid.

Para Simón, esta ha sido la lucha “entre una independiente ajena a la estructura y el partido propiamente dicho”, donde Cayetana tenía “su propio discurso”. El también editor de Politikon, por ello, entiende estos cambios buscan “cohesionar y coordinar la formación en torno a un discurso unificado”.

“Ha pasado lo que pasa siempre, que el partido se impone al independiente. El partido sale más fuerte porque han entrado gente del partido ‘pata negra’”, explica. Pero no cree que el ascenso de Cuca Gamarra, Almeida o Ana Pastor vayan a ser una apuesta por la moderación.

“En el fondo, lo que hay es un viraje estratégico más bien sobre los temas en los que el PP va a poner énfasis. Están anticipando temas de solvencia y gestión, es decir, se están anticipando a las consecuencias que va a traer la crisis económica y por eso prefieren perfiles con los que sean capaces de llegar a acuerdos de Estado y no asustar a nadie”, explica.

La mirada atenta de Ciudadanos

Sin duda, Vox y Ciudadanos han sido los que más atentos han estado a estos cambios, ya que comparten en cierta forma, base electoral. El más perjudicado en todo esto puede ser la formación de Inés Arrimadas, quien en estos últimos meses y en especial, tras la salida del partido de Albert Rivera, ha parecido mostrarse dispuesto a negociar ciertos pactos con el PSOE.

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“Es pronto para saberlo, de momento el PP ha cambiado las caras, no ha empezado a ejecutar la estrategia”, afirma Simón, sobre cómo le puede perjudicar a Arrimadas los cambios internos del PP. Algo que sí ve más claro el consultor de estrategia política y director de Estudio La Base, Alex Comes.

“Sin lugar a dudas, esa nueva reorientación del PP le va a tapar ciertos caminos a Ciudadanos”, afirma en este sentido, aunque cree que la formación de Arrimadas no debería moverse de las tesis en las que se encuentra.

“Lo acertado sería mantener una posición fija, que puede variar levemente. Si ellos vuelven a la derecha no van a construir esa entidad o reputación que tenían a sus inicios”, explica.

En este sentido, ambos expertos consideran que todavía es pronto para saber cuál va a ser la evolución de Ciudadanos y los siguientes meses van a ser claves si Ciudadanos quiere remontar en las encuestas, donde a día de hoy siguen mostrando una tendencia a la baja.

“Han pagado caro no haber pactado con el PSOE y creo que tienen realmente claro cuál es el único camino que le queda a la formación, que es ser un partido realmente de centro y bisagra en el que puedan pactar tanto izquierdas como a derechas”, comenta en este sentido Comes.

“No sabemos en qué temas va a decidir hacer oposición y en cuáles no, han estado en una situación de interinidad porque Inés Arrimadas ha estado de baja y gobierna en comunidades con el PP, pero se abre a negociar con el PSOE”, se refiere al respecto Simón.