La consellera de la Presidencia, Meritxell Budó, ha evitado este martes mojarse sobre el caso del diputado de JxCat Jaume Alonso-Cuevillas, apartado como secretario segundo de la Mesa del Parlament por sus dudas sobre la estrategia de desobediencia, una vía que ha dejado en manos del nuevo Govern.

Cuevillas, que fue abogado del expresidente catalán Carles Puigdemont, se declaró partidario, en una entrevista en Vilaweb, de no tramitar las resoluciones controvertidas sobre el rey o la autodeterminación y se preguntó: "¿Hemos de dejar que nos inhabiliten sin pena ni gloria por una tontería?".

En la rueda de prensa posterior a la reunión del Govern, Budó ha rechazado opinar sobre esta cuestión, invocando la "separación de poderes": "No hemos de interferir en los debates en el Parlament y en la Mesa", ha remarcado.

Preguntada por si defendería la tramitación de iniciativas que pudieran incurrir en una desobediencia al Estado, Budó se ha escudado en que su gobierno "está en funciones, no tiene capacidad legislativa", por lo que le toca al próximo ejecutivo "decidir la orientación de la nueva legislatura".

Son los partidos, ha recalcado, quienes deben abordar en sus negociaciones para formar Govern qué "camino" quieren tomar.

Budó ha apostado por "dejar trabajar a los equipos negociadores" de los partidos hasta que sus conversaciones "lleguen a buen puerto" y pueda constituirse el nuevo Govern.

Hasta entonces, ha dicho, el actual Govern en funciones "no dejará de hacer su trabajo" y asumirá su "responsabilidad hasta el último día".