La nueva presidenta del Parlament, Laura Borràs, se ha convertido en la tercera mujer en asumir este cargo en la historia de la Cámara catalana y la décima persona que ostenta este cargo desde la restauración de la democracia, aunque como candidata de Junts en las elecciones del 14F aspiraba a ser la primera presidenta de la Generalitat.

Nacida en Barcelona en 1970, Borràs siempre ha defendido que su recorrido político empezó con el referéndum del 1-O de 2017, dado que anteriormente su trayectoria profesional se centraba en otra de sus pasiones, la cultura y la literatura.

Es doctora en Filología Románica, fue directora de la Institución de les Lletres Catalanes (ILC) y también profesora de Teoría de la Literatura y Literatura Comparada en la Universitat de Barcelona (UB), y ha escrito diversos libros.

Sin embargo, asegura que el impacto que le provocó lo ocurrido tras el 1-O la llevó a involucrarse en la política, pese a las reticencias iniciales de su familia, y tras pedírselo el expresidente de la Generalitat Carles Puigdemont.

Ello le ha llevado a ser, en poco más de tres años, diputada en el Parlament; consellera de Cultura del Govern que encabezaba Quim Torra; portavoz de Junts en el Congreso y ahora se ha convertido en presidenta del Parlament.

Pese a todo, Borràs se alzó con la victoria en las primarias que celebró Junts para ser la candidata en las elecciones del 14 de febrero, y su objetivo era la primera presidenta de la Generalitat de la historia, lo que no ha conseguido después de que ERC quedara por delante de su partido en los comicios, por sólo un escaño.

Su fama de hiperactiva y su capacidad dialéctica se suma a su apuesta por la independencia de Catalunya y por la unidad de los partidos independentistas, y cuenta con personas de confianza como el diputado electo Francesc de Dalmases y el que fue vicepresidente del Parlament en la anterior legislatura Josep Costa.

Sobre ella recae también una investigación por parte del Tribunal Supremo por el supuesto fraccionamiento de contratos cuando era directora de la ILC, que ahora pasará al Tribunal Superior de Justicia de Cataluña (TSJC) al ser diputada en el Parlament, por lo que es un incógnita saber cómo actuará en caso de que la inhabiliten como presidenta de la Cámara catalana.