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Pantano de Mediano, la iglesia sumergida y el puente del diablo

Muy cerca de la localidad de Aínsa y después de una caminata de un par de kilómetros, podemos disfrutar con el paisaje impresionante del entorno

Pantano de Mediano, la iglesia sumergida y el puente del diablo

Foto cedida por la Confederación Hidrográfica del Ebro (2018)

Madrid

Tiempo de lectura: 2'Actualizado 23:37

Abril de 1969. En Mediano, a los pies del Parque Natural de Ordesa en Huesca, parece haberse desatado el diluvio universal. La lluvia cae con fuerza inusitada y las compuertas del embalse recién construido se confabulan con ella. Después de tres días de lluvia incesante, los habitantes del pueblo, ven como el agua empieza a inundar sus casas y tienen que abandonarlas casi con lo puesto, volviendo la mirada para ver cómo van desapareciendo.

Cuando escampa, solo la torre de la Iglesia de Nuestra Señora de la Asunción sigue a la vista. Aquella iglesia construida en el siglo XVI, no parece dispuesta a rendirse y todavía hoy, se mantiene en pie, preciosa en su soledad, como una isla desafiante en mitad del pantano. Cuando las aguas bajan, como ocurrió en 2018, esa iglesia que en la zona llaman “la dama del lago”, se puede ver en toda su belleza, con la puerta tapiada y el campanario vacío.

Un poco más allá, se mantiene también en pie el “esconjuradero”, una caseta en la que se llevaban a cabo distintos ritos para ahuyentar las tormentas, las plagas, la peste, pero que no fue lo bastante efectivo contra el poder destructor del agua. Dicen los vecinos de la zona que, un poco más abajo, bajo varios metros de agua, se conserva el Puente del Diablo.

Pantano de Mediano, la iglesia sumergida y el puente del diablo

Foto cedida por la Confederación Hidrográfica del Ebro (2018)


Cuenta la leyenda que, hace muchos años, estaban los hombres del pueblo pasando la tarde de domingo entra risas y cuentos, cuando uno de ellos propuso hacer un puente sobre el río Cinca porque ahorrarían mucho tiempo en sus desplazamientos. “Llevaría mucho tiempo y dinero y sería una obra del diablo”, dijo otro. En ese momento, apareció un jinete que se presentó como el diablo y les propuso terminar el puente antes de que al amanecer siguiente cantara el gallo. La única condición es que, al finalizar, tenían que entregarle las únicas tres jóvenes doncellas del pueblo.

Accedieron los hombres, pensando que era una obra imposible, pero al ver que, efectivamente, el diablo iba a terminar el puente en una noche, corrieron a sus corrales para despertar a los gallos y hacerlos cantar antes de que terminara el trabajo, pero los encontraron a todos muertos. Cuando solo faltaban dos piedras para que el diablo completase el puente, para sorpresa de todos, un gallo cantó a lo lejos y el diablo, cumpliendo su palabra, se marchó dejando el puente terminado.

Pantano de Mediano, la iglesia sumergida y el puente del diablo

Foto cedida por la Confederación Hidrográfica del Ebro (2018)


Los hombres, entusiasmados por haber ganado aquel reto desigual, buscaron por todos los corrales y no encontraron a ningún gallo vivo hasta que, al final, el abuelo de una de las jóvenes que iban a ser entregadas, salió de un escondite y, al igual que había hecho unas horas antes, imitó el canto del gallo, con tanta perfección que había conseguido engañar al mismísimo demonio.

Hoy, muy cerca de la localidad de Aínsa y después de una caminata de un par de kilómetros, podemos disfrutar con el paisaje impresionante del entorno y con la torre de esa iglesia como recordatorio de que, ahí, donde hoy solo vemos agua, en otro tiempo hubo un pueblo con sus gentes y su propia leyenda.

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