Penúltima sesión del juicio de la asesina de Castro Urdiales. Crónica Gerardo Sisniega

Madrid - Publicado el - Actualizado
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La acusada de asesinar a su pareja, cuya cabeza apareció en una caja en la casa de su amiga en 2019 en Castro Urdiales, Carmen Merino, tendrá derecho este jueves a su última palabra antes de que el juicio que se celebra en la Audiencia Provincial de Cantabria termine mañana.
Carmen Merino, en su testificación como acusada solo respondió a las preguntas de su abogado ya que dejó claro que no se fiaba del fiscal y de la acusación particular por el trato que le habían dado desde que fue detenida en octubre de 2019, tiempo en el que lleva en prisión provisional en la cárcel de El Dueso.
En su declaración, a preguntas de la defensa, la acusada afirmó que fue víctima de violencia de género por parte de su marido y padre de sus dos hijos, y los problemas que tuvo con él, y ha apuntado que Jesús Mari no tenía relación desde hace años con sus dos hijos, que "solo discutía" con su hermano y que tampoco tenía buena relación con el resto de familiares.
Durante los días que ha durado el juicio, se ha escuchado a diferentes testimonios como los peritos informáticos que confirmaron que el móvil habitual de la víctima del crimen de Castro Urdiales y los otros dos teléfonos con los que supuestamente envió mensajes a sus amigos y familiares diciendo que estaba de viaje, después de su desaparición, no salieron del entorno del municipio cántabro.
Así lo han confirmado los peritos informáticos en la séptima sesión del juicio contra Carmen Merino, la pareja durante años de la víctima, Jesús María, para quien el ministerio público pide 25 años de cárcel por supuestamente asesinar a su novio, cuyo cráneo fue localizado en una caja que presuntamente ella dejó a una amiga.
Según sostuvo Carmen Merino durante su declaración en los dos primeros días del juicio, Jesús Mari estuvo con ella en casa hasta el 21 de febrero, se marchó y regresó el 8 de marzo de 2019 para volver a irse.
Sin embargo, diferentes amigos de Jesús Mari comenzaron a recibir mensajes supuestamente suyos durante su desaparición desde otros teléfonos móviles, diciendo que estaba de viaje en diferentes sitios como Portugal o la Bretaña francesa.
Según los peritos, esos teléfonos "no salieron del casco urbano" de Castro Urdiales y estaban "en el entorno del domicilio" que compartían acusada y víctima, aunque a preguntas de la defensa no han podido determinar la ubicación exacta.
Además, según los guardias civiles que han declarado, la acusada no mantuvo desde su teléfono móvil ninguna conversación con la víctima desde el 12 de febrero de 2019, antes de su desaparición.
Y a declaración de otros peritos, se ha confirmado que la tarjeta SIM del teléfono de Carmen Merino se introdujo en otro desde el que la víctima escribió supuestamente a sus amigos y familiares.
Por otro lado, los peritos han indicado que se puede deducir que los mensajes que envió Jesús Mari fueron con el mismo wifi de Carmen Merino, aunque han matizado que "no se puede identificar" esa red. "Creemos que están emparejados", han señalado.