Además el Tesoro ha acudido al mercado en busca de financiación mediante la colocación de un bono sindicado a quince años ligado a la inflación. 
En la subasta ordinaria del día, los títulos con vencimiento a seis meses han salido hoy con un rendimiento del menos 0,415 por ciento, frente al menos 0,421 de la anterior colocación. La rentabilidad de las letras a un año ha pasado del menos 0,356 hasta el menos 0,368 por ciento. El Tesoro, por tanto, cada vez cobra más a los inversores que colocan su dinero en estos activos.

La actividad de la tesorería pública está siendo casi febril en este arranque del nuevo curso.  Hoy, además, el Tesoro está a punto de cerrar una emisión de bonos a largo plazo, quince años, cuya rentabilidad está ligada a la inflación. Ha recibido una demanda muy abultada, sobre todo de inversores internacionales, que ha superado con holgura los 12.000 millones de euros.  Se trata de una emisión sindicada. Es decir varias grandes entidades financieras internacionales colocan estos bonos directamente entre sus clientes institucionales.

La semana pasada el Tesoro colocó bonos y obligaciones a medio y largo plazo. Captó  4.920 millones de euros en la colocación ordinaria, más otros 545 millones en títulos ligados a la inflación. Lo hizo con holgura y sin problemas, aunque la  demanda se redujo ligeramente frente subastas anteriores.  La tesorería pública ha tenido que asumir mayores costes de financiación a estos plazos, al contrario de lo que ha sucedido en la subasta de letras de hoy. La rentabilidad de los bonos a cinco años ha subido del 0,37 hasta el 0,42 por ciento. El rendimiento de las obligaciones a diez años ha pasado del 1,43 al 1,45 por ciento, mientras los títulos a 30 años ofrecen un 2,60 por ciento, frente al 2,24 en la anterior colocación