Las previsiones que manejaba el sector para esta Semana Santa eran buenas pero todo se vino abajo hace un mes. De momento el coronavirus se ha llevado por delante el 15% del negocio turístico del año pero lo peor es que ya se descuenta que la campaña de verano, donde hay en juego dos tercios de la facturación, no será lo mismo. O empieza tarde o directamente se pierde. Según la patronal Exceltur el agujero puede superar en total los 55.000 millones de euros. La Mesa del Turismo eleva esa cifra hasta los 90.000 millones en el escenario más negativo.

“Nunca en nuestras peores pesadillas hubiésemos sido capaces de escribir un desenlace como este”, afirma a COPE Francisco Quiles, director general del Grupo Don Pancho, que da nombre a uno de los históricos hoteles de Benidorm. Con un 0% de ocupación la localidad alicantina, diseñada para el turismo, es estos días una ciudad fantasma. Quiles tiene claro que el miedo hará que la normalidad no regrese en meses. “Fuimos el primer sector en estar afectado por el coronavirus y posiblemente seamos el último en salir”, lamenta.

Tampoco es muy optimista Sebastiá Catalá, consejero delegado de Blue Sea. “Esta ya es una temporada que prácticamente damos por perdida. Será una temporada de defensa”, nos cuenta. Catalá nos da un dato: “Las reservas del mercado británico están reaccionando ahora a partir de septiembre; las del alemán, a partir del invierno y solo en Canarias”. Esta cadena hotelera, con sede en Palma de Mallorca, se nutre sobre todo del turismo extranjero. Cubre el 85% de sus camas. En verano espera defenderse algo con el mercado nacional aunque ya se plantea no abrir algún hotel en toda la temporada. “La arrancada va a ser muy lenta”, señala.

MEDIDAS DE CHOQUE

Ante esta crisis sin precedentes el presidente de la Mesa del Turismo, Juan Molas, pide en COPE medidas excepcionales para el sector, que representa el 12,5% del PIB y el 13% del empleo. Ha solicitado por carta al Gobierno que de forma inmediata se articule y facilite el importe de las líneas de avales hasta un 100% de los créditos para las empresas. Cree que de lo contrario el sector financiero difícilmente podrá articular las líneas solicitadas. Además pide al Ejecutivo que se aplacen los pagos de impuestos de cualquier ámbito -estatales, autonómicos o municipales- así como las cuotas de la seguridad social de los meses comprendidos entre marzo y septiembre, hasta la fecha más conveniente y consensuada con el sector privado. En relación a los ERTE, requiere una mayor capacidad, rapidez de gestión y posibilidad de extenderlos más allá de la finalización del estado de alarma, teniendo en cuenta la caída de la demanda en general y los cierres de empresas.