Encender y a pagar. Eso es lo que ocurre cada vez que el consumidor doméstico hace uso de sus enchufes, aunque realmente no lo sepa hasta que le llegue el recibo de la luz. Es entonces cuando se produce el efecto sorpresa y cada vez más, pues este año 2018 va camino de convertirse en el año de las facturas de la luz más elevadas de la historia con el sistema actual.

La última subida de la factura de la luz llega en un mes de poca demanda. A pesar de lo que se pueda elucubrar con el uso de aires acondicionados, torres o ventiladores, el consumo siempre es más bajo en estas fechas. Sin embargo, la factura se ha encarecido en unos cinco euros y la tendencia es al alza. Probablemente en este mes de agosto ni ha estado en casa y ha hecho bien los deberes de dejar enchufado solo lo imprescindible. Pues bien, aún así su factura no se corresponderá al consumo real de electricidad, el consumidor estará pagando las circunstancias del sector.

Jorge Morales de Labra, ingeniero industrial y experto en energía, explica a COPE que la lista de causas de la subida es innumerable pero que “empieza por la subida de precio del petróleo que arrastra a todos los demás productos energéticos como el gas natural y el carbón, la subida del CO2, pero esto solo justifica una pequeña parte de la subida”. El experto se refiere a la falta de revisión del sistema actual que regula la oscilación de los precios “Llevamos 20 años con las mismas reglas del juego y lo que están haciendo esas reglas es favorecer la especulación del precio de la luz, es decir, que es como si nos estuvieran vendiendo agua a precio de champán”.

El fuerte incremento de los precios de la electricidad de 2015 a 2018 no están afectando por igual a todos los consumidores. El mercado es amplio y se divide en dos grandes preferencias, la tarifa regulada y el mercado liberalizado. En este sentido y teniendo en cuenta que casi 3 millones de clientes han cambiado de tarifa por las subidas, el experto en energía insiste en la siguiente idea mal preconcebida; Jorge Morales explica que “cuando alguien tiene un precio fijo del mercado liberalizado, lo que hace esa compañía eléctrica es cubrirse, es decir tiene una compañía por medio que asegura el precio y gana más dinero con ello. Siempre sale más caro esta opción que estar sometido a los vaivenes; al final la tarifa regulada acaba saliendo más barata”.

Inmersos entonces en esa espiral de subidas que prevé que el recibo medio ascienda a 800 € anuales, lo mejor que se puede hacer es aprender estos consejos y revisar detenidamente las tarifas de cara al nuevo curso que empieza. Jorge Morales de Labra no duda en este sentido y ataja en tres sus recomendaciones “mantenerse en la tarifa regulada oficial, dentro de esa tarifa adoptar una modalidad que se llama la discriminación horaria y ajustar la potencia contratada”.