Ocho de cada diez operaciones en España se siguen haciendo en efectivo, un 83%, según el último Informe del Banco Central Europeo, 10 puntos por encima del resto de zona Euro. Si lo medimos en volumen de compras supone el 66% y, si seguimos atendiendo a los datos del BCE, reflejan que un 40% de españoles considera muy importante tener acceso al pago en metálico ya que se evitan comisiones que encarecen las transacciones. Pero tiene los dias contados si el Gobierno no cambia de posición. Ayer el Congreso, excepto PP y Vox, apoyó al Ejecutivo en la limitación a 1.000 € de pagos en efectivo cuando una de las partes sea empresario o profesional. Hasta ahora el máximo era de 2.500. Queda todavía su paso por el Senado.

Comisiones y gastos de tarjeta

Los comerciantes reclaman una rectificación porque el límite a los pagos en cash perjudica seriamente la recuperación del consumo, en un momento de crisis en el que se necesita recuperar el crecimiento y el movimiento de nuestra economía. Supone sustituir el dinero en efectivo garantizado por los Estados, por otros medios de pago que "tienen un elevado coste para ciudadanos y comerciantes", como los ocasionados por las comisiones del pago y la posesión de tarjetas. Javier Millán-Astray, Director General de la Asociación Nacional de Grandes Empresas de Distribución ANGED ha explicado a COPE que se ha tomado una medida que “limita la libertad de elección y por otro lado aumenta los costes”, Asegura que se resgtringe el consumo de los ciudadanos y por tanto la recuperación económica: “toda la actividad del Gobierno deberia centrarse en salir cuanto antes de esta crisis y comenzar la recuperación, y en el sector del comercio se necesita dinamizar el consumo y no poner palos en las ruedas”.

Fracaso en otros países

De nuestro entorno sólo Francia tiene el límite en 1.000 Euros, el resto o no lo tiene o está en torno a los 3.000 €. Italia también impuso como máximo 1.000€ y tras un año volvió a elevarlo. Desde ANGED lo consideran innecesario para la lucha contra el fraude según la experiencia internacional, En Francia "no han conseguido rebajar el fraude" mientras que sí se ha logrado en Alemania, Finlandia o Austria utilizando otras políticas.