La Bolsa ha sentido vértigos al alcanzar la zona de los 8.300 puntos en el índice Ibex 35. Ahí, de momento, se frena y vuelve grupas. Hoy ha cerrado en 8.272 con una pérdida del 0,36 por ciento. En lo que va de semana todavía acumula una ganancia del 2 por ciento. Hoy han subido Repsol y Telefónica, pero se han frenado las acciones de los bancos y las eléctricas. Ayer el Senado dio luz verde a los impuestos extraordinarios sobre las ganancias de las entidades financieras y las grandes compañías energéticas. Grabará temporalmente con un 4,8 por ciento los beneficios netos por intereses y comisiones netas de los bancos y con un 1,2 por ciento la facturación de las energéticas, excluyendo en este caso su negocio regulado nacional y sus operaciones en el extranjero. Todas las empresas afectadas han amenazado con impugnar en los tribunales estos impuestos.

Hoy los mercados han tenido que digerir el dato de PIB del tercer trimestre que se ha publicado esta tarde en Estados Unidos. Es una nueva revisión de este indicador. La economía estadounidense ha crecido más de lo que se pensaba. Ha aumentado a un ritmo del 3,2 por ciento, frente al 2,9 de la lectura preliminar. Es un buen dato. Pero los mercados han realizado una lectura un tanto particular, un tanto sui géneris, ya que estas cifras hablan de un fuerte consumo privado, lo que supone una mayor presión sobre los precios y sobre la inflación. Supone, por tanto, mayores probabilidades de que la Reserva Federal siga subiendo con fuerza el precio del dinero y que lo mantenga elevado durante más tiempo. De momento, la Reserva no está teniendo demasiado éxito todavía en su afán por enfriar la actividad económica para doblegar la inflación. La Bolsa de Wall Street se mueve con números rojos esta tarde.

A este lado del Atlántico esta mañana se han publicado las cifras de crecimiento de Gran Bretaña. La economía británica se ha contraído tres décimas en el tercer trimestre en relación con el segundo. Respecto al mismo trimestre del año pasado la economía del Reino Unido ha crecido un 1,9 por ciento, que es bastante menos de lo que se esperaba. Tras estos datos se ha depreciado la libra esterlina. Cotiza por debajo de 1,21 dólares, cuando hace pocos día superaba el nivel de 1,24. Mañana se conocerá el PIB de España. Los inversores esperan que muestre un crecimiento a un ritmo del 3,8 por ciento.

Los analistas del Banco Santander creen que la evolución futura de la Bolsa dependerá de la marcha de la inflación y de las decisiones de política monetaria de los grandes banco centrales. Además, los mercados se moverán según evolucione la guerra en Ucrania y la crisis energética que ha provocado este conflicto bélico. Finalmente, la Bolsa se verá influida por las noticias que lleguen desde la economía de China.

Los expertos de la gestora internacional JP Morgan Asset Management creen que la principal incógnita del año próximo es si la inflación comienza a moderarse a medida que se desacelere la actividad económica. Si así fuera, los grandes bancos centrales dejarán de subir el precio del dinero, reduciendo la presión sobre los mercados financieros. Los analistas de la firma consideran que el 2023 será un año difícil para la economía. Pero puede ser bueno para los mercados, tanto para la renta variable como para la renta fija.

En los demás mercados, el barril de petróleo tipo Brent del Mar del Norte se paga esta tarde a 82 dólares, cuando este lunes no llegaba a los 80. El euro baja ligeramente y pierde la referencia de 1,06 dólares. En el mercado de deuda bajan los precios de los bonos y aumenta su rentabilidad. El rendimiento del as obligaciones españolas a diez años se eleva hasta el 3,42 por ciento.