La inflación continúa por las nubes, en el 7,3% interanual, a pesar de haberse moderado en estos últimos tres meses. Los trabajadores continúan perdiendo poder adquisitivo a la par que los precios siguen subiendo, convirtiéndose en una losa para las familias. Y es que, los salarios, en la mayoría de los trabajos, se mantienen estáticos y no aumentan, o se incrementan mínimamente. De hecho, según datos de la estadística de convenios colectivos que difunde cada mes el Ministerio de Trabajo, en septiembre, estas subidas pactadas por empresas y trabajadores solo alcanzaban el 2,6%, dejando una inflación tres veces por encima de los sueldos.

Sin embargo, hay algunas profesiones que aún se resisten a esto y son aquellas que tienen una elevada cualificación profesional, tal y como señala Rafael Pampillón, catedrático de economía de la Universidad CEU San Pablo: "En el campo de la ingeniería, los informáticos, todo lo que tiene que ver con la logística, con la inteligencia artificial, expertos en tecnología y gestión de datos, la big data... Todos estos que tienen competencias digitales tienen más facilidad para pedir aumentos de sueldos, que les permita tener una capacidad de compra que se equipare a la inflación que estamos teniendo", explicaba a cope.es. Unos empleos que han logrado subidas del 3,8%. Tras ellos, aparecen los profesionales de las actividades artísticas, recreativas y del entretenimiento, cuyos convenios recogen alzas salariales del 3,7%.

¿Dónde se produce más brecha?

Según ha contado Pampillón, los asalariados que salen peor parados son "aquellos trabajadores de baja cualificación", como los empleados de la banca o la hostelería, además de "el empleo en el hogar, la agricultura, sectores cercanos al turismo, de baja productividad, que lógicamente esos van a tener más difícil las subidas salariales". Hasta septiembre, los convenios pactados en el sector financiero y de seguros apenas llegaban a incrementos del 1,1%, la media más baja de toda la economía.

Pero aún tenemos trabajos que están peor, como los que se encuentran en la hostelería, que es la segunda profesión con aumentos salariales más bajos en lo que llevamos de año, ya que los sueldos negociados por convenio apenas crecen un 1,7%. De todos estos incrementos se quedan al margen los que pactan individualmente su sueldo con su empresa o los empleados que están fuera de convenio, que rondan los 800.000.

Ahora bien, lo que no sería posible es equiparar los sueldos a la inflación y así lo explica el experto a cope.es: "Lo que haríamos sería repercutir esos mayores costes salariales en mayores precios que fijan las empresas", algo que nos llevaría a un aumento de precios y, por lo tanto, la inflación continuaría siendo muy elevada. Al final, es la pescadilla que se muerde la cola.

Para evitar esta situación, Rafael ha dado una posible solución: "Hace falta una negociación entre los sindicatos, emrpesarios y Gobierno. Una negociación que señale cuáles son las subidas salariales posibles para el año que viene, que estarán en torno al 3,5%. De manera que no se genere una inflación mucho mayor". Esto permitiría mantener cierto poder adquisitivo sin disparar aún más una inflación que se ha convertido en la principal preocupación económica de las familias.

A partir de 2023

El catedrático económico ha vaticinado lo que ocurrirá a partir del año que viene: "La inflación poco a poco se irá rebajando, por lo tanto habrá menos demandas de incrementos salariales, pero también, desgraciadamente, tendremos, sobre todo en la primera mitad del año, una situación de crecimiento que el primer trimestre puede ser negativo, y el segundo ya puede ser positivo", explicaba. "Habrá que esperar a la segunda mitad de año para tener una idea clara de cuánto ha bajado la inflación".

Ver esta publicación en Instagram

Una publicación compartida de COPE (@cope_es)

"Lo que sí podemos decir es que el crecimiento económico va a ser muy bajo y el nivel de producción -en referencia al PIB- que teníamos antes de la pandemia en 2019, no lo vamos a alcanzar hasta el 2024", aseguraba el experto. "Con el menor crecimiento de la economía, las rebajas que se van a producir en los precios del gas, del petróleo y de los alimentos en el 2023, a mí me parece que la inflación va a ser más baja. Y, también, como habrá más desempleo porque habrá menos crecimiento, habrá menos reivindicaciones de aumentos salariales", zanjaba Rafael Pampillón.