La Bolsa ha terminado la semana con una sesión claramente bajista. Han pesado más las incertidumbres sobre el Brexit y la expansión de la pandemia de coronavirus, que los factores positivos, como el desbloqueo del presupuesto europeo y el plan de reconstrucción o incluso las noticias sobre las vacunas.

Ayer la agencia estadounidense del medicamento, la FDA, aprobó la vacuna de Pifzer y Biontech. Se espera que de luz verde a la vacuna de Moderna dentro de una semana. Por su parte, la agencia europea, la EMA, espera aprobar la de Pfizer el día 29 de diciembre y la de Moderna el 12 de enero.

El índice Ibex 35 ha bajado un 1,46 por ciento, hasta 8.063 puntos. En el conjunto de la semana ha perdido un 3 por ciento. Es la primera semana con saldo negativo después de cinco consecutivas con ganancias. Ha sido un mal día para las empresas con mayores intereses en el Reino Unido, como la aerolínea IAG, los bancos Sabadell y Santander o Telefónica. Las acciones bancarias han sufrido especialmente. Hoy han comenzado a cotizar en Bolsa 720 millones de acciones del Banco Santander emitidas para el pago de su dividendo elección.

Ayer el Banco Central europeo dibujó un panorama complicado para las entidades financieras, con poco crecimiento económico, con un renovado veto a los dividendos bancarios (salvo excepciones) y bajos tipos de interés durante mucho tiempo. No es el mejor caldo de cultivo para el sector. Telefónica ha bajado también con fuerza. Hoy ha comenzado la ampliación de capital de la compañía para el pago de su “scrip dividend”, que puede cobrarse bien en efectivo, bien en acciones. En su primer día de negociación los derechos de suscripción de Telefónica han cerrado a 19,3 céntimos de euro. Fuertes pérdidas también en Acciona. La familia Entrecanales ha reducido su participación en el capital de la compañía.

Los datos macro hoy no han sido buenos. Destaca especialmente el crecimiento de la deuda pública hasta 1,3 billones de euros, un 114,1 por ciento del PIB, que es una cifra récord. También se ha conocido que la inflación se mantiene en negativo por octavo mes consecutivo. Se sitúa en el menos 0,8 por ciento. La parte buena es que la vicepresidenta de asuntos Económicos, Nadia Calviño, cree que el PIB de España crecerá en el trimestre que está a punto de acabar, a pesar de las medidas restrictivas que exige la segunda oleada de la pandemia.

Los mercados siguen muy pendientes de la complicada recta final de las negociaciones sobre el Brexit y los efectos de la pandemia sobre la actividad económica. La presidenta de la Comisión Europea, Ursula von der Leyen, ha asegurado que la probabilidad de que no se alcance un acuerdo con el Reino Unido es mayor que la de conseguirlo. El primer ministro británico, Boris Johnson, es de la misma opinión. Y a los inversores se les han puesto los pelos de punta. El plazo de negociación termina el domingo, por lo que, si no se llega a un acuerdo, la sesión bursátil del lunes puede ser una auténtica carnicería.

En los demás mercados, el petróleo supera los 50 dólares por barril por primera vez desde el mes de marzo. El euro cotiza fuerte por encima de 1,21 dólares. La libra esterlina pierde fuelle. Se cambia por 1,32 dólares y por 1,09 euros. Ayer el BCE anunció que ampliará su programa de compra de bonos en 500.000 millones de euros y que lo va a prolongar hasta marzo del año 22. La primera consecuencia ha sido que la rentabilidad del bono español a diez años ha marcado nuevos mínimos históricos, con un rendimiento del cero por ciento.

Ayer mismo el Tesoro colocó en el mercado primario o de emisiones deuda a diez años con rentabilidad negativa por primera vez en la historia. Las arcas públicas no sólo no pagan interés alguno, sino que cobran un 0,2 por ciento a los inversores que colocan su dinero a este plazo. Algo nunca visto.