Han decepcionado las cifras de empleo que se han publicado esta tarde en Estados Unidos. La tasa de paro ha repuntado una décima, hasta el 6,1 por ciento, cuando se esperaba una lectura del 5,8 por ciento. La economía de aquél país creó el mes pasado 266.000 empleos no agrícolas, una cifra muy inferior a la que pronosticaban los analistas. Los expertos esperaban casi un millón de nuevas nóminas no agrícolas.

La primera derivada ha sido una caída de la rentabilidad de los bonos de Estados Unidos, que ha pasado en pocos minutos de 1,57 a 1,52 por ciento. La segunda, un repunte del euro frente al dólar.

Pero el mercado bursátil hoy por hoy prefiere ver el lado bueno de la vida, así que interpreta que esa menor fortaleza del mercado laboral estadounidense reduce las probabilidades de un excesivo repunte de la inflación. Así que se suaviza el temor a que la Reserva Federal tenga que subir pronto sus tipos de interés. Parece que todavía no hay que pensar en una retirada de las medidas de estímulo económico.

Pese a estos datos menos sólidos de lo que se esperaba, el país de las barras y las estrellas ha recuperado ya cerca de 13,5 millones de lo empleos perdidos durante la fase más dura de la crisis y de la pandemia. Los analistas creen que este año tanto la economía de Estados Unidos como la de China podrían crecer por encima del 6 por ciento. Los analistas de la agencia Moody´s de calificación de riegos esperan que la recuperación de la economía de Estados Unidos se produzca a su ritmo más alto desde los años posteriores a la Segunda Guerra Mundial. Pronostican un crecimiento del PIB de EEUU de casi un 7 por ciento este año y del 5 por ciento el que viene. Por ello Moody´s cree que la Reserva comenzará este mismo año a preparar el terreno para una progresiva retirada de los programas de estímulo. Quizá los primeros “avisos” en este sentido se produzcan a mediados o finales del verano, cuando Estados Unidos alcance la inmunidad de rebaño gracias a las vacunaciones.

Hoy los demás referentes han sido buenos. La producción industrial en España se ha disparado más de un 15 por ciento en marzo. Es el mejor dato contabilizado en el último cuarto de siglo. La balanza comercial de Alemania ha mostrado un fuerte crecimiento tanto de las exportaciones como de las importaciones. Es una dinámica similar a la que se ha vivido en China. Las exportaciones chinas han crecido más de un 30 por ciento y más de un 40 las importaciones.

El índice Ibex 35 ha sumado hoy un 0,86 por ciento, hasta 9.059 puntos. Es su nivel más alto de los últimos quince meses. Ha subido un 2,8 por ciento en esta semana. En lo que va de año acumula una revalorización del 12,2 por ciento. Los inversores han digerido bien los resultados que se han publicado en el día, pese a que algunos han chirriado. La aerolínea hispano británica IAG ha publicado pérdidas de algo más de mil millones de euros en el primer trimestre. Por su parte la central de reservas Amadeus ha perdido 95 millones de euros, debido al descenso de la actividad en el sector del transporte aéreo. También números rojos en Cellnex, la empresa de torres de telecomunicaciones, que ha perdido 43 millones entre enero y marzo.

Esta semana ha estado marcada por la posible liberación de las patentes de las vacunas contra la Covid. Es una noticia negativa para las grandes compañías farmacéuticas y también para todas aquellas que ayudan a los gigantes del sector en el proceso de fabricación y envasado. Entre ellas figuran las españolas Reig Jofré y laboratorios Rovi. Pero parece que ni unas ni otras sufrirán un impacto demasiado grave en sus cuentas, sobre todo porque la producción de estas vacunas, -en especial las basadas en ARN mensajero-, conlleva una tecnología muy compleja. Rovi colabora con Moderna. Reig Jofré lo hace con Janssen, la filial de Johnson and Johnson. Las acciones de Reig Jofré han bajado casi un 7 por ciento esta semana y muy planas han cerrado las de Rovi.