La Bolsa de Nueva York se mueve esta tarde claramente en negativo. Está a punto de firmar su peor primer semestre desde hace cinco décadas, con una pérdida del 30 por ciento en el índice Nasdaq de empresas tecnológicas, que son las más afectadas por el encarecimiento del precio del dinero y por la menor actividad económica. Un 16 por ciento ha caído el Dow Jones de valores industriales y un 20 por ciento ha retrocedido en seis meses el S&P 500.

Hoy se ha publicado el deflactor del consumo privado, el indicador de inflación que más sigue la Reserva Federal. Su tasa subyacente (sin alimentos ni energía) se ha situado en el 4,7 por ciento, que es un dato algo mejor de lo que se esperaba y su mejor lectura desde el pasado mes de noviembre. El presidente de la Reserva, Jerome Powell, ha reafirmado su compromiso con las subidas de tipos de interés para doblegar la escalda de la inflación. Confía en que la economía no entre en recesión, pero tampoco lo descarta. Algunos miembros de la Reserva Federal abogan insistentemente por una subida de tres cuartos de punto en el precio del dinero en julio, para situar cuanto antes la tasa de referencia en el 4 por ciento, que es el objetivo a alcanzar el año que viene. La escalada de la inflación (y la posibilidad de que todavía aumente más en un decorado de desaceleración económica) condicionan las decisiones y las prisas de la Reserva.

Los analistas del banco estadounidense de negocios JP Morgan cifran la probabilidad de recesión en un 66 por ciento en los próximos dos años. Los de Pimco, la mayor gestora del mundo, aseguran que el riesgo de recesión en EEUU y en la zona euro supera en ambos casos el 50 por ciento. El ex secretario del Tesoro de Estados Unidos, Larry Summers, considera “inevitable” la recesión en el país de las barras y las estrellas. Los analistas del fondo Black Rock advierten de que se reducirán los beneficios empresariales como consecuencia de los efectos del encarecimiento del precio del dinero y por los altos precios de la energía.

Dentro de casa, el índice Ibex 35 queda para mañana en 8.098 puntos, con una pérdida del 1,09 por ciento en el día. En los peores momentos ha llegado a perforar los 8.000. La primera mitad del año se cierra con una pérdida del 7 por ciento, después de dejarse un 4 por ciento en el segundo trimestre. Se recupera hoy Grifols, tras descartar que vaya a realizar una ampliación de capital para dar entrada a nuevos accionistas y reducir deuda, como se ha dicho en los últimos días. Han bajado las acereras, las empresas relacionadas con el turismo y los viajes y los bancos. Pérdidas también en Inditex y Repsol.

En la reunión que han celebrado hoy los países exportadores de petróleo integrados en la OPEP y sus socios, con Rusia a la cabeza, han reiterado su acuerdo de aumentar la producción en 648.000 barriles por día en los meses de julio y agosto. Volverán a reunirse el 3 de agosto para concretar su estrategia a partir de septiembre. Los mercados no están muy con vencidos de que los grandes países exportadores de crudo integrados en la OPEP y sus socios sean capaces de cumplir su compromiso de aumentar su producción en esa cantidad, pero ahí quedan sus buenas intenciones. Hoy el barril de crudo del Mar del Norte, el que sirve como referencia en Europa, ha bajado más de un 3 por ciento. Se paga a 109 dólares.