Se han suavizado los temores a los efectos de la variante ómicron del coronavirus sobre la salud de los pacientes y sobre la actividad económica. Aunque es más contagiosa, esta nueva cepa sudafricana provoca síntomas leves en la mayor parte de los casos, lo que ha aliviado en parte los temores de los mercados financieros. Ómicron no colapsa los hospitales. Las Bolsas han subido, mientras se han replegado los precios de los bonos. Ambos mercados cotizan la esperanza de que se confirme esa menor gravedad en el nuevo “arreón” de la pandemia.

Si los países centroeuropeos finalmente optan más por imponer el pasaporte Covid que por realizar masivos confinamientos y restricciones al movimiento de la población, entonces la economía se enfriará menos de lo que temía. Y los mercados lo agradecen. El índice Ibex 35 ha cerrado en 8.439 puntos, con una ganancia del 2,4 por ciento. Han tirado del mercado con especial fuerza las empresas relacionadas con el turismo y los viajes. También Solaria, los bancos, las acereras, Repsol, Inditex y las eléctricas.

Los inversores europeos se han permitido el lujo de ignorar la caída de las acciones del gigante inmobiliario Evergrande en la Bolsa china. Se han desplomado un 20 por ciento en la Bolsa de Hong Hong. La compañía, que atraviesa momentos muy complicados, ha advertido de que no podrá hacer frente a sus compromisos de pago, por lo que no descarta una reestructuración de su deuda. Los analistas del bróker japonés Nomura creen que lo peor está todavía por venir en el mercado inmobiliario de China.

En los demás mercados, el petróleo se ha encarecido. El barril de crudo del Mar del Norte roza los 72 dólares. La OPEP decidió la semana pasada mantener su estrategia de incrementar su oferta progresivamente su oferta. Pondrá el mercado 400.000 barriles más por día a partir de enero, aunque este cártel se dejó el as en la manga de revertir esta decisión si así lo aconsejase la situación. Por eso repunta el oro negro. Este año ha llegado a superar los 86 dólares por barril. En los momentos de “pico” se ha encarecido cerca de un 40 por ciento respecto a los precios de hace un año. Además, el mercado petrolero se ha visto influido por las menores probabilidades de que Irán aumente sus exportaciones.

Ha destacado de nuevo la caída del Bitcoin, que se negocia esta tarde a menos de 49.000 dólares. Ha perdido por tanto la referencia técnica y, sobre todo, “psicológica” de los 50.000. Hace un mes marcaba máximos históricos, por encima de 68.000. En pocas horas ha perdido cerca de un 20 por ciento de su valor. Se han volatilizado 150.000 millones de dólares. Una plataforma de negociación de criptoactivos, BitMart, ha suspendido la retirada de estas criptodivisas tras informar de un fallo de seguridad que ha permitido la actuación de los piratas informáticos.

El euro se mantiene por debajo de 1,13 dólares. La prima de riesgo de España se mantiene por encima de 70 puntos, a pesar de que la rentabilidad de las obligaciones a diez años se ha reducido sustancialmente, hasta el 0,33 por ciento. El “bund” alemán ofrece un menos 0,39 por ciento y el T-Bond de Estados Unidos un 1,39 por ciento. El IPC de Estados Unidos se conocerá el viernes. Las aves de mal agüero temen que la inflación siga escalando y alcance el 6,7 por ciento, frente al 6,2 contabilizado el mes anterior.

Los analistas del banco de negocios Goldman Sachs han rebajado su previsiones de crecimiento de la economía de Estados Unidos el año que viene. Ha reducido sus proyección para el PIB hasta el 3,8 el año que vienes desde el 4,2 por ciento. Paralelamente, el FMI, el Fondo Monetario Internacional, estudia reducir de nuevo sus estimaciones sobre el crecimiento económico mundial.