El mundo gira rápido, los paradigmas se suceden con velocidad y ello se refleja naturalmente en el panorama económico y empresarial, afectado de pleno por la situación provocada por la pandemia.

Hoy hay aún demasiadas preguntas en el horizonte. ¿Habrá nuevas restricciones?, ¿qué cambios en los hábitos de consumo permanecerán?, ¿cómo se reconstruirán las nuevas cadenas de calor?, ¿cómo y cómo de rápido se desarrollará la transición energética?... Pero esta sensación de vivir en una época crucial de transformación es inequívoca.

Hay elementos de nuestra realidad actual cuya consideración es difícilmente discutible. Por ejemplo, el reconocimiento social de que las soluciones para resolver los retos presentes y futuros han de venir de mano de la ciencia, la tecnología, porque existe la certeza de que han sido estos procesos los que nos han permitido dotarnos de las soluciones que han remediado- o al menos aliviado- nuestra situación en sus momentos más críticos, desde el punto de vista de la salud, y la actividad laboral, económica y social.

Sin embargo, no basta solo con generar conocimiento científico. Ese conocimiento debe llegar al mercado, ha de encontrar una fórmula para tangibilizar, para ser desarrollado, probado, escalado y finalmente aplicado por los usuarios y la sociedad. Y ahí es donde entra en juego la necesaria transferencia de ese conocimiento al mercado. Y uno de esos instrumentos de transferencia son las empresas de base tecnológica o altamente innovadoras.

Debemos ayudar a desplegar todo su potencial, tanto en términos de creación de empleo cualificado, como de facturación y generación de riqueza y bienestar económico y social, a través de su contribución a los retos globales y locales de transformación verde y digital.

En definitiva, el emprendimiento con fuerte componente de innovación y potencial de crecimiento, debe ser considerado como uno de los pilares de la necesaria transformación de nuestra sociedad.

Tenemos ahora una oportunidad única de poder dar un salto cualitativo en la transformación de nuestro país. Y ese es el reto al que nos enfrentamos entidades como ANCES, la red de CEEIs en España, ayudando a crear oportunidades de futuro.