La porcelana hecha con la técnica tradicional japonesa de la artista Yukiko Kitahara busca concienciar sobre la importancia de cuidar el medioambiente y la fauna a través de piezas de vajilla de color blanco que incluyen detalles con formas de animales, ha afirmado a Efe esta profesional de la cerámica.

Kitahara (Kofu, Japón, 1970) ofrece este sábado un taller sobre la emoción de crear porcelana, dentro de la XIII Feria Nacional de Alfarería y Cerámica (NACE), que se celebra en Navarrete ( La Rioja), en la que también expone algunas de sus obras en la muestra colectiva Nace/Umareru.

Su serie Usar y no tirar busca lanzar un mensaje acerca del medioambiente y la protección de los animales, a lo que contribuye que esté compuesta de piezas reutilizables, explica esta artista, quien cursó estudios en la Escuela Superior Provincial de Cerámica de Seto (Japón) y la Universidad de Bellas Artes de Granada, entre otros centros.

Ha detallado que el proceso de fabricación, en el que emplea sus manos y moldes de escayola, trata de respetar una enseñanza que recibió de su familia en su país de origen, ya que es hija, nieta y sobrina de cocineros de sushi, quienes le transmitieron la importancia de la vajilla en la cocina japonesa.

Desde pequeña -ha afirmado Kitahara- mi padre nos hablaba de la relación de la comida con la vajilla y, en Japón, utilizan mucho la cerámica con colores, pero, actualmente, quiero proponer que la protagonista sea la comida y el recipiente sea secundario", para "presentar mejor el color, por ejemplo, del café", por lo que ha decidido apostar por el blanco.

Usar y no tirar, ha proseguido, es una serie que fabrica desde su estudio localizado en Gelves (Sevilla), donde creó en 2012 la marca Taller Kúu.

Está compuesta, entre otras obras, por vasos de porcelana, que simulan los de plástico desechables, a los que añade un asa por la que trepan figuras de animales en miniatura y toreros, entre otras.

Estas piezas, fabricadas una a una de forma manual, están inspiradas en su estancia en Granada, ya que se trasladó a vivir a España después de cursar sus estudios en Japón y, en especial, en sus vivencias en una montaña granadina, donde aprendió mucho a convivir con la naturaleza y cómo se nota el cambio climático.

Muchos extranjeros que vivían allí eran muy conscientes del medioambiente y, aunque en aquella época trabajaba la porcelana en escultura, ha relatado, cuando decidió crear su marca, pensó que quería transmitir algún mensaje y, como es consciente de la importancia de la naturaleza, decidió hacer vajilla relacionada con la protección animal, ha explicado.

Para Kitahara, un buen profesional de la porcelana tiene que conocer bien este material que, para ella, es como una amiga, en el sentido de que para tener una relación con una persona o tener amigas, intentas conocerlas bien, y con la porcelana pasa lo mismo.

Esta artista ha señalado también que los moldes de escayola se complementan con sus manos durante la creación de obra, por lo que el resultado final depende de su situación y condición personal, dado que la porcelana sale y nace desde sus manos y, a veces, es más gruesa, y, a veces, más fina; cambia mucho.

Tengo ayudantes que trabajan conmigo y siempre les digo que, aunque tengan problemas fuera del taller, por favor, antes de entrar en él los dejen en la puerta y pasen, ha comentado. EFE

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