FESTIVAL SAN SEBASTIÁN
Martín Rejtman trae a San Sebastián una carcajada limpia y sencilla con "La práctica"
El argentino Martín Rejtman ha traído hoy a la competición por la Concha de Oro del 71 Festival de San Sebastián su octavo largometraje, una comedia 'busterkeatoniana', sincera, sencilla y desternillante con la que el autor reivindica el humor inteligente y físico, alejado del cinismo que hoy domina cualquier relato cinematográfico.
Agencia EFE
Tiempo de lectura: 3'
Actualizado 18:47
El argentino Martín Rejtman ha traído hoy a la competición por la Concha de Oro del 71 Festival de San Sebastián su octavo largometraje, una comedia 'busterkeatoniana', sincera, sencilla y desternillante con la que el autor reivindica el humor inteligente y físico, alejado del cinismo que hoy domina cualquier relato cinematográfico.
Se titula "La práctica" y es la historia de Gustavo, un profesor de yoga argentino que ha hecho su vida en Santiago de Chile, al que el espectador conoce cuando se acaba de separar de su mujer y acude a terapia para intentar salvar algo de su matrimonio, con muy mal pronóstico.
Sin esperarlo, Gustavo se ve apartado temporalmente de 'la práctica' (del yoga) porque se rompe un menisco en unos ejercicios meditativos en el campo. Se apunta a un gimnasio, para fortalecer sus cuádriceps, y descubre, mientras hace repeticiones levantando pesas, que la concentración es igual de intensa que meditando.
Además de su esposa chilena y su madre argentina, que interfieren constantemente en su vida, Gustavo interacciona con un puñado de personajes que son, a la vez, muy reales y muy cómicos, críticos y estoicos, mientra dejan pasar la vida a su lado.
Rejtman, en una rueda de prensa donde ha estado acompañado de sus productores internacionales y de dos de los actores protagonistas, el argentino Esteban Bigliardi y la chilena Camila Hirane, ha afirmado que ésta era su comedia "más comedia".
"A veces trato de escaparle a la comedia, pero no lo logré, bueno -se sincera- es el género que me llama". Y agrega que le gusta trabajar con ese género, "pero de una manera impura", por ejemplo, sin final feliz, ni comedia rosa.
Dice que es la primera vez que cede al "humor físico", característico de Buster Keaton -aunque admite que las dos oportunas y descacharrantes caídas a una alcantarilla del protagonista son autobiográficas- y que sus referentes (Keaton aparte) son los estadounidenses Howard Hawks y John Sturges.
Hirane desvela cómo ha sido trabajar con un maestro que tiene su propio adjetivo entre los actores latinos: "hay un estilo de actuación 'rejtmaniano' asociado a sus películas, el suyo es cine de culto en Argentina y Chile", declara con orgullo indisimulado la chilena.
"Hay una composición musical en su cabeza, en Chile hay compañías que usan como referencia esta forma de hablar, que es como terminar las frases abajo y cerrándolas, que va generando a la vez un sentido del humor propio", agrega.
Ese tono, "quizá un poco neutro -explica el director- es porque los personajes no dudan, van con seguridad, sin muletillas y sin dudar el texto", de modo que se ensayan las escenas y se memorizan: "Me importan más que las escenas, los sonidos, a veces no necesito mirar", desvela el director de "Los guantes mágicos" (2003).
Bigliardi incide en el hecho de que el director ya sabe lo que quiere exactamente antes de rodar. "Busca un rango, una frecuencia de actuación, en la que hay un mundo: un tono exacto que es el que él escuchó cuando lo escribía".
Rejtman reconoce que es un "cabeza dura", y que esa es su forma de escribir: puede estar tres años pergeñando una historia. "Escribo una sola versión, pero luego no cambio ni el rodaje ni el montaje, la trama va apareciendo durante la escritura, creando escenas, situaciones, personajes".
Preciosista y minucioso, Rejtman acaba agotado tras el proceso y siempre dice que "ésta es la última" película, también con ésta. Pero ayer mismo, después de meterse en el mar de San Sebastián, decidió que ya estaba listo para empezar otra.
Joaquim Sapinho, de la productora portuguesa Rosa Filmes, defiende la originalidad de "La práctica" y su frescura en el panorama cinematográfico latino.
Apoyan los otros productores: se espera que Sudamérica venda marginalidad y "la historia política cargadísima que tenemos", apunta el chileno Giancarlo Nisa, de Don Quijote Films, mientras el argentino Jerónimo Quevedo, de Un Puma, destaca del maestro "su forma de revelarse frente a lo que propone hoy la comedia".
"Que el espectador se divierta nos confirma que otro modo de hacer cine es posible", resume Quevedo.

- item no encontrado