CÓMIC OLOT
El dibujante Dr. Alderete se plantea llevar su "Olot linchyano" al cine
El argentino Dr. Alderete llegó a Olot atraído por la estatua moai que hay en este municipio, situado en un entorno volcánico, conocido también por sus supuestos avistamientos de ovnis y con una historia de "sucesos poco común" que el dibujante transformó en una novela gráfica de toques "lynchianos".
Publicado el - Actualizado
4 min lectura
El argentino Dr. Alderete llegó a Olot atraído por la estatua moai que hay en este municipio, situado en un entorno volcánico, conocido también por sus supuestos avistamientos de ovnis y con una historia de "sucesos poco común" que el dibujante transformó en una novela gráfica de toques "lynchianos".
Para Dr. Alderete, Olot, localidad gerundense que ha llenado páginas y horas de la crónica negra en los medios de comunicación -el surrealista secuestro de la farmacéutica Maria Àngels Feliu; el caso del celador asesino de ancianos o los crímenes del llamado 'Rambo de Olot', que mató a cuatro personas con una escopeta- se asemeja, en su ambiente, al "Twin Peaks" de la famosa serie de David Lynch.
Como el idílico y ficticio pueblo de Washington, rodeado de susurrantes abetos douglas, en donde parecía que no podía ocurrir nada malo, el "Olot" (Autsider Cómics) de Dr. Alderete es un espacio misterioso, poblado de personajes poco convencionales, instalados en un sueño recurrente, casi cíclico, y cuyas historias alucinadas se entremezclan con una realidad mucho más violenta.
Obsesionado por la cultura "tiki" de la Isla de Pascua, de la que ha publicado varios trabajos tras diversas estancias sobre el terreno, el dibujante supo que debía visitar Olot al caer en sus manos una guía donde sus ojos se toparon con la reproducción de un inesperado moai de roca basáltica levantado allí en 1984.
Una escultura realizada por el artista Manuel Tuki tras el hermanamiento de Olot con la ciudad de Hanga Roa, capital de la misteriosa isla del Pacífico, gracias al esfuerzo del activista de los derechos de los rapanuis Manuel Pujador.
"Son polos magnéticos que llaman mi atención, que me atraen y terminan involucrándome. Trato de que sea de forma honesta, porque soy un alien acercándose a estos lugares, a la Isla de Pascua o a una localidad más contemporánea como Olot. Desconocía que existía, ni siquiera sabía que había una zona volcánica en España", reconoce el autor a EFE ante la pregunta del porqué de su interés.
"Llegué y me encontré con un sitio que me deslumbró por motivos extraños, todas esas historias oscuras con personajes que vivieron y viven en Olot, con un marco de volcanes, pantanos, moais... Fue sumar un montón de cosas que lo hacían el escenario ideal para la historia", desvela el dibujante patagónico, nacido en 1971, pero que reside en Ciudad de México desde 1998.
"Es una historia de ficción que tenía en mente antes de conocer Olot, no tenía claro ni cómo ni dónde, pero cuando llegué, pensé: 'no hay otro lugar en el planeta más idóneo para contar esto'. Mi tesis es que pasaron tantas cosas descabelladas, surreales, que cualquier historia fantástica que pudiera narrar en ese escenario pasaría por cierta. Me gusta mucho jugar con ese límite de ficción y realidad y más aún cuando la realidad supera la ficción", subraya.
El dibujante -su nombre real es Jorge Alderete- apunta que todo el relato está "empapado por la pandemia", porque la novela fue escrita y dibujada "durante el encierro", un marco anímico que se deja sentir en la forma de contar la monotonía, la rutina, tintado de su característico estilo de imaginería pop y algo kitsch.
Para el dibujante, "sin duda, Olot es el Twin Peaks catalán", y reconoce que, como la mayoría de jóvenes de su generación, quedó atrapado por el formato elegido por Lynch para contar el asesinato de Laura Palmer, esa mezcla de telenovela, extrañeza, misterio y, sobre todo, personajes extravagantes.
Andamio estilístico que Alderete combina en este libro protagonizado por un solitario joven enganchado a la serie, que ve religiosamente en el televisor de un bar antes de que su mente eche a volar y comience a deambular por los bosques.
"No desvelo todas las pistas de lo que está ocurriendo. Las voy poniendo ahí, cada lector lo tiene que completar de la forma que mejor la parezca, aunque la novela tiene un cierre hay un montón de puntas de las que de poder tirar y que cada lector formule una especulación", señala el historietista que elige el blanco y negro para unos relatos y una mezcla de colores lisérgicos en otros.
"Olot" se acaba de publicar en Francia, y su creador adelanta que en estos momentos trabaja con un equipo en México para intentar adaptar al cine esta inquietante novela gráfica, aunque no dé muchas más pistas: "a ver qué forma y qué camino tendrá este proyecto".
Alderete, que ha vuelto recientemente a pisar Olot en una gira promocional realizada por España, compatibiliza los cómics ("Black is Beltza", con guión de Fermín Muguruza) con el diseño de portadas de discos: Andrés Calamaro, Los Fabulosos Cadillacs o Lost Acapulco entre otros.
De hecho, la música es otra de sus pasiones, y una afición que canaliza sobre la escena gracias a su banda de rock psicodélico y 'garajero' Sonido Gallo Negro.
En su agenda tiene prevista una gira con la banda por Estados Unidos y Colombia que pasará por Europa en 2024, y que le sirve para experimentar también en sus dos facetas creativas.
"Disfruto haciendo investigación para mis trabajos, pero también cuando son trabajos rápidos como un disco o cuando dibujo en vivo junto a las bandas, algo que supone un cambio de paradigma, porque dibujar era para mí un acto privado y ahora lo hago con público", confiesa.