El cocinero del bosque y la revolución oleícola protagonizan Cinema Cocina

Tres cortos, uno de ellos protagonizado por Joseba Cruz, el cocinero del bosque, y un largometraje sobre la mayor revolución oleícola vivida desde la Edad Media, nacida en Cataluña y exportada al mundo, se presentan este martes en el II Concurso de Documentales Cinema Cocina, dentro del 25 Festival de Málaga.

El cocinero Joseba Cruz eligió su profesión cuando siendo niño acompañaba a su primo Olivier en Francia a pescar lo que después cocinaban, se formó en grandes restaurantes como el triestrellado Can Fabes y, cuando aprendió todo lo que necesitaba sobre productos y técnicas, abandonó las cuatro paredes de una cocina para recorrer entornos naturales que lleva al plato.

Reparte su tiempo entre el restaurante Le Clandestin y un camión que le sirve a la vez de cocina y laboratorio móvil, también de comedor nómada, porque carga sillas y los utensilios necesarios para atender a su clientela en bosques y prados, en el Pirineo catalán o la Cerdanya francesa.

En el documental que lleva su nombre, dirigido por Aleix Vilardebó, presume de "hacer platos de estrella Michelin" con un hornillo de cámping gas. Cruz ha hecho de la búsqueda de la esencia culinaria, de la transmisión de los sabores del bosque y del nomadismo un estilo de vida.

También a competición se han presentado este martes los cortos "Build Me", un ejercicio estético de Román Reyes en el que una mujer reflexiona sobre los efectos en su cuerpo de la comida basura y la saludable, y "El del Laurel", obra en blanco y negro que firma Lolo Ruiz sobre la nostalgia de los bares de barrio atestados, llenos de conversaciones y comidas caseras, a través del recuerdo de su padre, el desaparecido cocinero gaditano Julito "el del Laurel".

La programación de hoy de Cinema Cocina se completa con el largometraje "La senda del azar", dirigido por Xavier Artigas, quien lleva diez años redefiniendo el documental político catalán. En esta ocasión se centra en la considerada la mayor revolución oleícola desde la Edad Media, que nació en 1993 en Cataluña y ya se ha implantado en otras regiones españolas además de Italia, Francia, Portugal, Estados Unidos, Chile, Túnez y Marruecos.

Narrada a través de todos estos pioneros, este documental de buena factura arranca con la iniciativa que allá por 1993 tuvo Carles Sumarrocha (Agromillora): sacarle rentabilidad a una carísima máquina de vendimia empleándola en la recolección de la aceituna.

No eran válidos los olivares tradicionales, por lo que hubo que investigar nuevas variedades a partir de cruces de las ya existentes y plantar en espalderas. Nacía así el cultivo superintensivo del olivo, con más rendimiento y beneficios económicos que el secular.

Pese a las críticas recibidas en sus inicios, este nuevo sistema ha permitido cultivar olivos en países donde no era habitual y se prevé que en 2030 haya en el mundo 13 millones de hectáreas de superintensivo y que el 20 % del aceite de oliva que se produzca provenga de él.