‘El jovencito Frankenstein’ se instala en la Gran Vía madrileña con un objetivo, hacernos reír. Este musical se diferencia de los demás por ser una comedia con todas las letras. Basada en la exitosa película de Mel Brooks del mismo nombre, mantiene la esencia y gran parte de los chistes que hizo que la cinta se metiera a todo el público en el bolsillo. La adaptación que hoy vemos sobre los escenarios es una fiel adaptación que no deja ningún detalle sin pulir.

La ambientación y puesta en escena también es uno de los puntos fuertes de este musical. A través de su vestuario y decorados nos consigue trasportar a la Transilvania de principios del siglo XX, a la mansión Frankenstein, al laboratorio del Doctor... todo ello con un gran juego de luces que consigue crear ese ambiente tenebroso y perfecto para el nacimiento de un monstruo.