Eric Schmidt, ex CEO de Google: "Crear virus mortales para un humano con IA es algo muy fácil de hacer, puedes crear virus realmente malos. Hay un equipo que está trabajando para que esto no ocurra"
La Inteligencia Artificial tiene muchas cosas buenas para nuestra vida, pero también hay peligros con los que tener cuidado

Eric Schmidt
Madrid - Publicado el
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La inteligencia artificial avanza a una velocidad nunca vista en la historia de la tecnología. Cada mes aparecen nuevos modelos, más potentes, más precisos y más accesibles. Lo que hasta hace poco parecía ciencia ficción ahora está al alcance de cualquiera con conexión a internet. Sin embargo, ese progreso vertiginoso también encierra riesgos que van mucho más allá de los temores habituales sobre el empleo o la privacidad.
Eric Schmidt, ex CEO de Google y una de las voces más influyentes del sector, lo advierte con contundencia en el pódcast The Diary of a CEO: "Crear virus mortales con IA es algo muy fácil de hacer, puedes crear virus realmente malos. Hay un equipo que está trabajando para que esto no ocurra".

La inteligencia artificial tiene muchos usos
El lado oscuro de la inteligencia artificial
Schmidt no se refiere a un futuro lejano, sino a un presente en el que la IA ya es capaz de ejecutar tareas extremadamente complejas, desde resolver problemas matemáticos hasta diseñar moléculas con potencial biológico. Y ahí radica el peligro. Según él, los llamados modelos en bruto de IA —aquellos que se entrenan con toda la información disponible antes de ser filtrados y ajustados para uso público— pueden llegar a generar armas biológicas o ciberataques sin precedentes.
"Hay evidencia de que los modelos en bruto pueden hacer ataques de día cero tan bien o mejor que los humanos", explica. Estos ataques, que aprovechan vulnerabilidades informáticas desconocidas, son una amenaza directa para la seguridad global.
El exdirectivo de Google asegura que la situación recuerda a otros momentos críticos de la humanidad. "Estamos jugando con fuego, haciendo algo cuyo impacto no comprendemos del todo", reconoce, evocando conversaciones que mantuvo con el fallecido Henry Kissinger. Para Schmidt, la IA no es simplemente una herramienta, sino "un rival intelectual de nuestra propia capacidad, algo que nunca ha sucedido en la historia".

Imagen de un virus bajo el microscopio
La comparación con la energía nuclear no es casual. Schmidt afirma que algunos de estos sistemas deberían protegerse "de la misma manera que protegemos las bombas nucleares", con centros de datos custodiados como instalaciones militares de máximo secreto.
Los avances en IA no se frenan. Al contrario, cada nueva generación de modelos multiplica la potencia de la anterior. "En cinco años tendrás sistemas 50 o 100 veces más potentes que los actuales", pronostica Schmidt. Y con ellos, un abanico de riesgos mucho mayor.
No obstante, también insiste en que la clave está en el uso que se haga de la tecnología. La misma IA que puede diseñar un virus letal puede servir para encontrar tratamientos médicos revolucionarios. "¿Por qué no tenemos un médico de IA que ayude a los doctores humanos a identificar el mejor tratamiento posible para cada paciente?", plantea.
Las armas con Inteligencia Artificial deberían de protegerse de la misma manera que protegemos las armas nucleares"
Antiguo CEO de Google
¿EL GRAN PROBLEMA? LA GEOPOLÍTICA
La dimensión geopolítica es otro de los grandes focos de preocupación. Schmidt reconoce que China está avanzando rápido y que, aunque "quizá vayan uno o dos años por detrás", acabarán alcanzando a Occidente. "Me preocupa porque estamos entrando en un espacio de gran poder sin límites completamente definidos", admite.
Su visión es que cada bloque usará la IA de acuerdo con sus valores y sistemas políticos. En el caso de China, explica, "su solución de IA será diferente de la de Occidente debido a su sesgo fundamental contra la libertad de expresión".
Más allá de los riesgos, Schmidt también aborda el impacto social. Reconoce que habrá "mucha dislocación laboral", pero cree que la IA no destruirá empleos, sino que transformará la forma en que trabajamos. "Habrá muchos más trabajos, no menos", sostiene, aludiendo a la necesidad de aumentar la productividad en un mundo con población envejecida y menos jóvenes.
En su opinión, la clave está en el pensamiento crítico y en el uso responsable de estas herramientas. "La IA permitirá una desinformación perfecta", advierte, recordando el efecto adictivo de redes sociales como TikTok. Frente a eso, propone educación, análisis y verificación constante de la información.

La IA marcará el futuro de la humanidad
Schmidt concluye que la llegada de la inteligencia artificial es "una cuestión de supervivencia humana". No porque vaya a destruirnos de inmediato, sino porque la forma en la que decidamos controlarla marcará el rumbo de las próximas décadas.
"No es tan fácil eliminar a toda la humanidad como a veces se piensa", asegura, pero advierte que el dolor y el daño que pueden provocar los usos malintencionados de la IA serían enormes. Por eso insiste en la necesidad de regulación, cooperación internacional y, sobre todo, conciencia pública.
En un momento en el que la tecnología parece avanzar más rápido que la política, la advertencia de Schmidt resuena con fuerza: la inteligencia artificial puede ser la herramienta más poderosa jamás creada… o el mayor riesgo que hayamos afrontado como especie.