Manuela Carmena y José Miguel Carmona han comparecido en rueda de prensa para explicar el acuerdo mediante el cual, la segunda lista más votada en las elecciones al Ayuntamiento de Madrid, se va a convertir en  fuerza de Gobierno. No se trata de un acuerdo para gobernar conjuntamente sino de un acuerdo de investidura, han remarcado ambos dirigentes, aunque tal como han confirmado, hay acuerdo en torno a medio centenar de propuestas concretas. Se abre en Madrid un tiempo político nuevo en que el poder municipal queda en manos de una fuerza política que llega al Ayuntamiento con la declarada intención de “hacer una política diferente”. A partir del lunes habrá que comenzar a demostrar cómo y en qué se materializa la diferencia. Hay expectación, desconcierto y altas dosis de incertidumbre ante un proyecto que, aún presentándose como un proyecto de unidad, aparece fuertemente vinculado a Podemos y a su líder Pablo Iglesias. Lo cierto es que cuanto suceda en la capital de España no pasará inadvertido en ninguna cancillería europea, ni en ningún organismo internacional. Carmona, en nombre del PSOE, se presenta como garante del equilibrio y la moderación, pero no se vislumbra a través de qué mecanismos. Es la paradoja de un candidato de centro-izquierda que otorga la gobernación de la capital de España a una plataforma de extrema izquierda cuyos miembros no ocultan su rechazo a la Constitución, y algunos de los cuales protagonizaron acciones callejeras contra las leyes y la convivencia. Es la imagen de lo que ha hecho el PSOE en toda España.