El descanso se ha convertido en un lujo que pocos se pueden permitir o que muchos no se conceden porque la situación económica sigue siendo complicada. Aún así las personas necesitan un tiempo, por breve que sea, para regenerar sus ideas, reencontrarse consigo mismo en otros ambientes y compartir momentos con su gente y si es necesario también en soledad.

Porque no salir del bucle en el que te sumerge el trabajo, supone consecuencias negativas para el mismo. Así lo cuenta en La Mañana Margarita Álvarez, directora de comunicación y márketing de ADECO.

En todas las empresas el objetivo es tener gente cualificada que produzca y lo haga al máximo de su capacidad, y en este sentido, Margarita Álvarez apunta que "una persona equilibrada es aquella capaz de desconectar, y descansar". Pero concreta que "cada uno entendemos la desconexión de una manera diferente. Lo importante es que respetemos que los demás tengan su momento".

Sin embargo, el caso de los autónomos es el más complicado. Margarita Álvarez hace un reflexión sobre estos trabajadores que no desconectan porque "son empresarios que intentan salir a delante y aunque se vayan de vacaciones la carga psicológica que llevan es muy grande".

En cuanto a lo que puede reportar el descanso de las personas en su puesto de trabajo, Margarita Álvarez apuesta por la convicción de que desconectar atrae nuevas ideas. "Si pensais en los momentos en que hayáis tenido una idea brillante, seguro que no te pillaba contestando un mail. Las buenas ideas surgen cuando estás viviendo cosas diferentes al problema que planteas". Esto, añade, es lo más beneficioso en cualquiera de los casos: fomentar la creatividad del trabajador.

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