La ruptura con José Luis Ábalos representa una piedra más en el zapato de Pedro Sánchez, con una mayoría ya asustadísima. El PSOE deberá restablecer el contacto con el exministro tras consumar una marcha traumática y unirlo a la aritmética con Junts, Esquerra, PNV, Bildu y Podemos.

El bloque de la Gobernabilidad apenas puede permitirse alguna abstención en las votaciones de mayoría simple, siempre y cuando incorporen a Coalición Canaria. Así, Ábalos puede ser crucial en la cúpula socialista. Reconocen el contratiempo extra en una legislatura tan compleja que sólo quepa en sus cabezas que el antaño número tres vote con ellos.

Por lo pronto, la coalición de gobierno mengua y es respaldada por 146 escaños en unos momentos de extrema debilidad, cuando acaba de cumplir 100 días de andadura. Mientras tanto, Ferraz ha iniciado los trámites para expulsar a quien fuera su secretario de organización.

El primer día en el Congreso

El caso Koldo centra la ofensiva del PP contra el Gobierno en la sesión de control. Una batería de preguntas con la que Feijóo quiere conocer la implicación de Sánchez y otros ministros en la trama de corrupción. Sesión de control de alto voltaje en la que los populares quieren que argumente si no debería dimitir por los mismos motivos que los socialistas pedían a Ábalos que lo hiciera.

Y es que creen que en realidad este es el caso Sánchez, pero también quieren conocer el papel que jugar a los ministros Marlaska, Óscar Puente y Ángel Víctor Torres o la presidenta del Congreso. Todos ellos propiciaron estos negocios o compraron las mascarillas en las operaciones fraudulentas que están siendo investigadas y ninguno lo denunció.

"Siguen sin dar explicaciones y sin asumir responsabilidades", dicen en Génova. Por eso el Partido Popular, con Feijoo a la cabeza y también Vox, pretenden bombardear el hemiciclo con una batería de preguntas que deje claro cuántos escándalos como este será capaz de soportar el Gobierno de Sánchez.

Y en Anticorrupción

La semana pasada, cuando se produjeron las detenciones, Juan Carlos Cueto estaba fuera de España. Hoy, a las 09:30, está citado ante el juez Moreno. Anticorrupción considera al propietario del grupo Cueto como el supuesto cerebro de la trama. Ya conoce la Audiencia Nacional. Está procesado en el caso DFT, una trama de corrupción relacionada con la venta de armas en Angola.

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La Fiscalía pide para él 54 años de cárcel. En la trama de Koldo García, Cueto se habría embolsado cerca de 10 millones de euros por los contratos adjudicados y sería la persona que realmente controlaba la empresa Soluciones de Gestión, propiedad de otro imputado, Iñigo Rota.

Dejó de figurar en los órganos sociales de las empresas a raíz de la investigación del caso de FP y el próximo lunes se celebrará en un juzgado de Madrid la vista previa por la demanda de Ábalos contra un abogado, Ramiro Bravo, primer denunciante de este caso. Pide 70.000 € por vulneración de su derecho al honor, una serie de artículos en los que el letrado criticaba esos contratos en plena pandemia.