El descalabro en Galicia solivianta al PSOE al ahondar en su debilidad territorial. Hay quienes desde federaciones miran a Pedro Sánchez por ignorar los efectos de engordar a los independentistas. Ferraz defiende las alianzas y reivindica su "España plural".

La debacle gallega se ha dejado sentir en todas las esquinas del PSOE y hasta disparaba alarmas entre distintas federaciones al constatar cómo la estrategia de Pedro Sánchez ha engordado al BNG, a la fuerza convertida en la alternativa de izquierdas, "a ser muletas de nacionalistas e independentistas en el norte", exhortan cuadros regionales.

Afecta al resto de organizaciones, porque hay quienes recuerdan que el PSOE está deshecho territorialmente tras perder la mayor parte del poder autonómico y local. Aunque Sánchez conserva La Moncloa, todo sobre el terreno se hace muy cuesta arriba para los socialistas.

En Ferraz limitan la autocrítica por el golpe en Galicia a que José Ramón Gómez Besteiro careció de tiempo para consolidarse. Así pues, han buscado desactivar el ruido en sus filas. De un lado, reivindican el papel vertebrador de las siglas en España. Para otros, rechazan ser residuales en ninguna autonomía, a diferencia del PP en Cataluña y el País Vasco.

Feijóo, a por la amnistía

El PP reúne al Comité Ejecutivo Nacional en el que Feijóo quiere sentar la bases de lo que será la estrategia del partido para las autonómicas del País Vasco y las elecciones europeas. Reconocen a COPE que su apuesta incluye anular la ley de la amnistía antes de que vea la luz.

Trabajan para que el sabor dulce de la victoria en Galicia no les nuble la mente y por eso se han puesto manos a la obra de una forma que entienden muy bien los gallegos y que llaman "amodiño". Les permite analizar la situación mientras van dando pasos adelante, como los que está definiendo ya Feijóo con el núcleo duro del partido.

Ya han demostrado que la única alternativa al independentismo y a su ley de Amnistía es el PP. Creen que el propio Sánchez es el que debería retirarla tras el batacazo en Galicia, aunque saben que no va a hacerlo y por eso dicen que echarán toda la carne en el asador para que los españoles sigan optando por el voto útil en las elecciones del País Vasco y en las europeas.

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De momento echan cuentas. Y "amodiño, amodiño", ven que van por buen camino, porque el PP tiene siete gobiernos autonómicos más que cuando llegó Feijóo y el PSOE, siete menos que cuando llegó Sánchez.