Carlos López Izquierdo

Pasaia revive desde este jueves la época dorada de la navegación tradicional, impulsada "a toda vela" por el centenar de llamativas embarcaciones clásicas y antiguas que fondearán hasta el domingo en su bahía, en el marco del III Festival Marítimo Internacional de esta localidad guipuzcoana.

Las actividades de este encuentro bienal de barcos tradicionales de valor patrimonial han arrancado esta misma tarde con el ya habitual desfile de veleros de todos los tamaños y formas que, acompañados de diferentes botes de menor envergadura, han comenzado a atravesar a partir de las 18.00 horas el angosto canal de acceso a la bahía.

Cientos de personas, apostadas en las laderas de los montes Ulia y Jaizkibel que enmarcan la entrada a la rada, han presenciado expectantes la bella estampa de las embarcaciones que, con porte majestuoso y velamen desplegado, han penetrado lentamente en la bahía entre vítores y saludos lanzados por el público desde las orillas de San Pedro y San Juan.

Música, bailes y una salva de bienvenida ha recibido en los muelles a la flota de navíos, que ha accedido a la zona portuaria encabezada por el célebre 'Aita Mari', un atunero reconvertido en buque de rescate por Salvamento Marítimo Humanitario para el auxilio de inmigrantes en dificultades en el Mediterráneo central, sobre cuyo puente de mando ondeaban las banderas feminista y de Palestina junto a la ikurriña y la española.

Tres goletas y un 'querche'

La mayoría de las miradas han sido acaparadas no obstante por las cuatro embarcaciones estrella de esta edición del Pasaia Itsas Festibala: tres goletas y un 'querche' de largos mástiles y espectaculares arboladuras que han lucido especialmente gracias al sol primaveral de la tarde.

El mayor de estos veleros, 'La Recouvrance', una goleta de gavias de 44 metros de eslora, propiedad de la ciudad francesa de Brest, es una réplica las embarcaciones tipo 'Iris', utilizadas por la armada gala en el siglo XIX para el transporte de correos urgentes, la vigilancia del tráfico de mercancías y la represión de la trata de esclavos en las Antillas y las costas de África.

No menos llamativo resulta el 'Phoenix', construido en 1929 en Dinamarca, originalmente como goleta de misión evangélica reconvertida en bergantín en 1974 y mundialmente conocida por su participación cinematográfica en la película de Ridley Scott '1492: la conquista del paraíso".

Con sus 33 metros de eslora, la tercera de estas goletas, la 'Grayhound' es un réplica de un 'lugre', un aduanero británico de tres mástiles botado en 1776 y que al parecer se dedicó al contrabando de mercancías procedentes de Francia y de las islas del canal de la Mancha.

Veleros espectaculares

'Le Biche', el último de estos cuatro espectaculares veleros que podrán ser visitados por el público durante el festival, fue construido en 1934 para la pesca del atún, aunque en la actualidad es utilizado para introducir a los interesados en el mundo marítimo.

Todos ellos compartirán protagonismo a lo largo del festival con la cultura marítima de las islas de Chiloé, en Chile, país que ejercerá como invitado de honor de la cita en atención a las acciones que lleva a cabo en este archipiélago para recuperar su patrimonio marítimo, reconstruyendo embarcaciones significativas de su tradición.

Precisamente, la botadura de una de estas barcas, bautizada como 'La Chilota' y construida durante el último mes en el astillero tradicional Albaola de Pasaia por artesanos chilenos, protagonizará este viernes uno de los momentos centrales de este encuentro de tradiciones marítimas.