La Abadía de San Isidro, conocida también como la Trapa de Palencia, ha celebrado la eucaristía con motivo de la Jornada Pro Orantibus que se celebra este domingo en nuestro país. En el programa ‘Ecclessia’, de TRECE (cada domingo a las 13 h) el abad del monasterio, el padre Juan José Domingo Falomir, ha explicado el fin de este día y cómo es la vida monástica.

“Es un día muy gozoso, un día feliz en el que nos hemos hecho presente en las familias y diversas comunidades”, afirma el abad. Aunque es un día festivo que se celebra en varios países, el padre Juan José asegura que “va a seguir siendo un día como otro cualquiera, de oración y de encuentro con los hermanos”.

Oración, meditación y trabajo

La Jornada Pro Orantibus pone el foco en la vida contemplativa y recuerda a todos los monjes y monjas contemplativas que dedican su vida por los demás. “Hacemos el mismo trabajo que el resto de cristianos: orar, trabajar y meditar la palabra de Dios, pero con una especial dedicación en nombre de la Iglesia y ofreciendo esta vida, que tiene una fecundidad misteriosa y que es un gran bien para toda la vida de la Iglesia”, asegura el abad.

En España se concentra la tercera parte de la vida contemplativa, siendo el país con mayor número de monasterios. “La vocación monástica es la vocación cristiana, la del bautizado. Por una gracia caritativa y personal de vocación, Dios llama a algunas personas a vivir con mayor intensidad y a pleno tiempo a aquellos elementos esenciales que todo cristiano debe vivir”.

Dentro del monasterio

¿Cómo es la vida dentro de un monasterio? Como ocurre en toda orden de vida contemplativa, en esta abadía se sirven de varios recursos para poder subsistir. En este caso, cuentan con una granja de vacas con la que producen leche y la distribuyen por la zona. “Somos 31 monjes, aunque presentes en la actualidad estamos 23, el resto están prestando servicios a la orden o estudiando en una facultad eclesiástica”.

El padre Juan José llegó al monasterio de la Trapa hace cinco meses. “Estoy aquí desde enero de este año, anteriormente estaba en la Casa Generalicia de Roma como consejero del abad general. He pasado de los asuntos generales a los particulares y además de la comunidad monástica donde empecé”.

Una vida monástica donde el abad tiene claro cuál es el desarrollo de sus días: “Nuestra vida tiene tres pilares: la celebración litúrgica y la oración, la Lectio Divina y el trabajo manual. Empezamos la jornada a las cuatro de la mañana, a las cuatro y cuarto son los primeros oficios del día y a las ocho y media de la tarde son los últimos oficios cantados junto con la salve”.