SANTO 2 JUNIO

Santoral: Santos Marcelino y Pedro, mártires por el servicio a Dios y a los hombres

Hoy recordamos a los Santos Marcelino y Pedro.

Jesús Luis Sacristán García

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La dedicación a las cosas de Dios chocan con las cosas del mundo hasta el punto de poderlo pagar con la propia sangre, pero es que San Pablo recuerda en sus Cartas que fuimos rescatados no con oro o plata, sino con la Sangre del Señor. Hoy celebramos a los Santos Marcelino y Pedro, que vivieron el rescate de Cristo desde el derramamiento de su propia sangre en unión con el Salvador. Ambos se recuerdan en el Canon Romano de la Misa.

El primero era sacerdote y ejerció el Ministerio presbiteral durante el mandato del emperador Diocleciano. Por su parte, Pedro era exorcista, dedicándose a curar a los poseídos por el demonio. Durante una redada fueron detenidos por profesar la Fe en Jesucristo, arrojándoles a la cárcel. Su estancia en la prisión fue similar a la que cuenta sobre Pablo y Silas cautivos, en los Hechos de los Apóstoles.

Continuamente alababan al Dios del Cielo, dando verdadero ejemplo a los demás prisioneros, alentando a los fieles y catequizando a los que estaban inmersos en el paganismo. Pronto se les ajustició por orden del magistrado Severo quien, ordenó que fuesen conducidos a un bosque llamado Selva Negra para que nadie supiese del lugar donde iban a ser sepultados, después de decapitarles. Su forma de morir y su testimonio, estimularon al verdugo a convertirse al Dios de Jesucristo.

Pero como suele suceder el hombre propone y Dios dispone. Y el sitio, finalmente, fue descubierto hasta el punto de que dos piadosas mujeres, exhumaron los restos, llevándoles a la Catacumba de San Tiburcio, en la Vía Labicana, donde reposan. Constantino mandó edificar una Iglesia sobre sus tumbas y el Papa Gregorio IV se lo entregó a Carlomagno, para que fuesen venerados.

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