Santoral

Santa Brígida de Irlanda, prototipo de sencillez

Recuerda el Evangelio que “los primeros serán últimos y los últimos serán primeros”. También recuerda que “el que se humilla será enaltecido y el que se enaltece será humillado”. Abrimos el mes de febrero con la memoria de Santa Brígida, prototipo de sencillez cristiana. Curiosamente se trata de la Santa más conocida en Irlanda y de la que menos datos se tienen sobre su vida, pero los más necesarios para atestiguar que vivió las virtudes en grado heorico.

Los detalles que se nos ofrecen, nos hablan de la procedencia de una tribu inferior llamada Forthair. Nace fruto del matrimonio de un hombre llamado Duptaco con una esclava muy bella que, con toda probabilidad habría sido propuesta para venderse. Indudablemente Dios se puede valer de cualquier situación en la Providencia con tal de sacar adelante todos sus proyectos.Se sitúa entre los años V y VI.

“Coge lo que no cuenta para anular a lo que cuenta”. Y es lo que sucedió con Santa Brígida. Al heredar la hermosura de su madre, ella pide al Cielo que le cambie su aspecto para no caer en el pecado, puesto que ha decidido profundizar en la vida religiosa. Escuchada en sus ruegos, sufre un reventón en el ojo, por lo que da gracias a la Providencia, que después la restablecerá en su belleza externa que era fiel reflejo de la limpieza interior y de la Gracia que tenía.

También se puede dibujar en su perfil, el afán de vivir la caridad hasta sus últimas consecuencias. Así socorre a los necesitados. Pero otros favores se pueden unir a estos ya comentados. Por fin ingresa en un convento donde pasará los últimos momentos de esta vida, entregada a la oración y la contemplación. Muchos son los escritos y poesías literarias que atestiguan el culto a Santa Brígida, Patrona de Irlanda.


dd/mm