Santoral

San Pedro Damiani

Nombrado Obispo, gastó sus fuerzas en bien de la Iglesia, cumpliendo fielmente los encargos que le hizo el Papa

Ser discípulo de Cristo supone experimentar muchas contradicciones, incluso dentro de la propia familia. El Señor lo advierte diciendo que “en adelante los hisjo contra los padres se dividirán”. Hoy la Iglesia nos presenta a San Pedro Damián que sufrió dentro de su hogar. Nacido en Rávena a principios del siglo XI, fue el último hijo en una familia numerosa que vivía sumergida en la más absoluta pobreza.

Al quedar huérfano de padres, se hizo cargo de él uno de sus hermanos lo cual supuso un gesto de caridad. Sin embargo el fuerte carácter de este hermano hizo que Pedro sufriese mucho. Al no poder soportar la situación, tuvo que irse de allí. Entonces se hizo cargo otro de sus hermanos, que fue muy dulce con Pedro, ayudándole a crecer con un fuerte sentido de transigencia y sencillez lo cual marcó para bien al Santo.

Como se llamaba Damián este hermano, Pedro en gratitud se puso Damián de segundo nombre. Con el tiempo descubrrió desde la oración que Dios le brindaba un camino de consagración. Dedicado a la vida monástica, llevó a cabo fundaciones y fue elegido Abad. Tal fue su vida penitencial, que le pidieron que moderase los sacrificios que hacía, evitando que se lastimase su salud. A través de esto comprendió que Dios quiere mortificaciones, pero que no mermen a la persona.

Llegado a este momento de su vida, la Providencia le pediría algo más en su consagración al Señor. Nombrado Obispo, gastó sus fuerzas en bien de la Iglesia, cumpliendo fielmente los encargos que le hizo el Papa. Sus escritos y reflexiones ponen las bases de la reforma gregoriana que llevaría a cabo posteriormente el Papa San Gregorio en bien de la Iglesia. San Pedro Damiani muere en el año 1072.


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