SANTORAL 8 FEBRERO

La mujer sudanesa que fue vendida como esclava cinco veces y perdonó a sus captores

Santa Josefina Bakhita es la santa abogada en la lucha contra la esclavitud y la trata. Uno de sus compradores le dio la libertad...para encontrar a Jesús

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Bueno es recordar que no hay mal que por bien no venga y que Dios siempre sabe sacar bienes de las cosas aparentemente negativas o malas, porque Él tiene siempre la última palabra que es la que da color y sabor a las cosas. La que da luz. Incluso lo aparentemente negativo puede ser un resquicio de esperanza en contra de la visión meramente humana de las personas.

Esto le pasó a Santa Josefina Bakhita. De un poblado olvidado de África pasa a ser una entregada a la misión del Reino y además por caminos insospechados. Su nacimiento se sitúa en un poblado de Sudán donde queda en lo más recóndito del Continente africano, ya que no especifica el nombre del poblado. Ni tan siquiera se habla de cómo se llamaba la Santa en su origen. 

El caso es que se ubica en un lugar y en un tiempo donde los terratenientes necesitan siervos en sus hogares o manos de obra en sus tareas y hay redes de mafia que se dedican a capturar a niños, mujeres y gente débil en general como si fuesen animales para venderles en esta demanda de mercado negro pero aceptado por una sociedad colonialista. La hermana de Bakhita ha sido vendida como esclava y ella sufre hasta que un día cuando tiene nueve años va con una amiga por el bosque y se le acercan dos hombres bajo el pretexto de querer comida. Su amiga se separa de ella para coger frutas cayendo en el engaño de aquellos extraños y cuando se aleja Bakhita es apresada y tomada como rehén. Cinco veces será revendida como esclava sufriendo malos tratos y siendo marcada a fuego, e incluso siendo obligada a hacerse musulmana. El sobrenombre Bakhita que significa “afortunada” le será impuesto.

Por fin su quinto amo es un diplomático italiano, Legagni, que es bueno y la adquiere para devolverle la libertad. Cuando se va con él a Italia es tratada de forma digna en la casa y es cuando conoce a las canosianas de Santa Magdalena Canossa dedicadas a la ayuda humanitaria y educativa. Gracias a ellas se hace cristiana y entra en su Instituto siguiendo este carisma y asistiendo a los necesitados. Muere en 1947 a la edad de 78 años, mostrando un gran amor a la Virgen y diciendo que perdonaba a sus captores porque como Dios escribe recto con renglones torcidos, gracias a ellos había encontrado la liberación de la Fe. En esta festividad Francisco ha instaurado la Jornada de oración contra la trata y la esclavitud.

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