
Madrid - Publicado el
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Nos encontramos en un día donde salen a flote las Raíces de nuestra Fe. El Soporte que da sentido a nuestra existencia. Porque, en este XI Domingo del Tiempo Ordinario, celebramos la Solemnidad de la Santísima Trinidad. Tal y como profesamos en la Fe, el Señor Nuestro Dios es solamente Uno.
Y en Él adoramos a Tres Personas Distintas. Desde toda la eternidad el Hijo procede del Padre, y el Espíritu Santo del Padre y el Hijo. La Creación entera alaba este Misterio: Gloria a Ti Una, Santa e Indivisible Trinidad. A lo largo de los tiempos el Señor se ha ido manifestando.
En el Antiguo Testamento se mostraba solamente como el Dios Único, pero no hablaba de las Tres Personas para que el Pueblo Elegido fuese asumiendo lo que les revelaba progresivamente. Ya en el Evangelio, Cristo se muestra Igual al Padre y habla del Espíritu Santo, pidiendo que bauticen a todos los pueblos “En el Nombre del Padre, y del Hijo y del Espíritu Santo”.
Teófilo de Antioquía hablaba de Triada, refiriéndose al Padre, al Verbo y la Sabiduría. Tertuliano ya menciona el Nombre Trinidad para hacer frente a la herejía "monarquianista" que defendía un Dios Rey pero no Tres Personas distintas. Los Benedictinos preferentemente de Francia comenzaron la Fiesta en el año 800.
En el siglo XI Alejandro II no vio necesario introducir esta festividad alegando que en cada Misa se menciona a la Santísima Trinidad. Juan XXII la introdujo en 1334 a toda la Iglesia el Domingo siguiente a Pentecostés.
Hoy también es el Día Pro-Orantibus que recuerda a tantos religiosos y religiosas de vida contemplativa que oran constantemente ante el Altar de Dios, presentando a todos los hombres. Ellos son el pulmón de la Iglesia. El lema de este año es “Orar con Fe, vivir con Esperanza”.





