
Madrid - Publicado el
1 min lectura0:43 min escucha
Seguimos inmersos en este Tiempo de Adviento donde Nuestra Madre Inmaculada tiene ese Papel Especial. Por ejemplo, hoy celebramos a Nuestra Señora de Guadalupe, cuya aparición tuvo lugar en 1531 en México al indio San Juan Diego.
Este hombre había sido bautizado algún tiempo atrás como un fruto de la presencia de misioneros en aquellas tierras. El ambiente era muy delicado porque había luchas entre tribus aztecas. Cierto día iba camino de la Iglesia cuando sintió un toque de campanas, y se preparó como advirtiendo que iba a ocurrir algo sobrenatural, hasta que vio una Mujer Bellísima.
La Virgen se le presentó como la Inmaculada Concepción, Madre del Verdadero Dios, pidiéndole la construcción allí de un Templo desde donde Ella protegiese a todos. El Obispo vasco y español Juan de Zumárraga al principio no creyó, pidiendo al indígena que le dijese a la Señora que enviase una señal para comprobar la autenticidad del relato que contaba Juan Diego.
Fue cuando la Señora le encargó que llevase un ramo de Flores de Castilla frescas. Así lo hizo, llevándolas al prelado en la tilma. Cuando la desplegó para enseñárselas vieron que tenía impresa en ella la Imagen de la Virgen.
En el año 1895 la Imagen fue coronada por decreto de León XIII. Por su parte, El Papa Pío XII le aplicó el Título de Emperatriz de las Américas en su famoso mensaje de Navidad a los mexicanos desde Roma. A lo largo de los siglos, los Papas la han propuesto como Abogada de la Evangelización del Nuevo Continente.





