La Ascensión del Señor

La Pascua va marcando sus Momentos para vivir los días que sobresalen después de que el Domingo 20 de abril le adorásemos Resucitado de entre los muertos en el Eje de nuestra Fe. Hoy, VII Domingo de Pascua, celebramos La Ascensión del Señor, festividad muy destacada en el Tiempo Litúrgico de  Gloria por excelencia. 

Cuarenta días después de resucitar de entre los muertos, tal y como cuenta el Evangelio y profesamos en el Credo que Cristo ascendió a los Cielos y se sentó a la derecha del Padre. El Señor se llevó a sus discípulos hacia Betania y les sacó al Monte de los Olivos. 

Allí les dio las últimas instrucciones donde les recuerda primeros que las Sagradas Escrituras profetizaron los padecimientos del Mesías para morir y resucitar. Entonces les hace testigos de todo esto porque lo han visto y oído. 

Por eso deben ir a predicar el Evangelio hasta los confines del mundo y pasar el testigo a sus sucesores. También les prometió que Él estaría con nosotros hasta el fin del mundo. Entonces desapareció de su vista porque una nube le cubrió y así subió a los Cielos y se sentó a la Derecha de Dios Padre. 

La Ascensión está recogida en los Evangelios y en Los Hechos de los Apóstoles. Ya en el siglo II se celebra la Resurrección y en el siglo IV se fija Pentecostés a los cincuenta días. San Agustín le llama Fiesta Apostólica y los otros Padres de la Iglesia la resaltan. 

Siguiendo la Tradición en la Iglesia de Jerusalén cuarenta días después de resucitar y diez antes de la Venida del Espíritu Santo se fija la Ascensión del Señor. En los años 70 del siglo XX se trasladó al Domingo antes de Pentecostés. Coincidiendo con esta Fiesta se celebra la Jornada Mundial de las Comunicaciones Sociales este año imbuida de la Esperanza que da la connotación a este año Jubilar.