Joaquina Gregorio: la jugadora de baloncesto de 19 años que superó el cáncer con la ayuda de Dios

La uruguaya superó un linfoma en su adolescencia. Hoy compagina la cancha con sus estudios. Con la ayuda de Dios, no hay meta que se le resista: "La fe siempre está presente"

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En la Patagonia argentina, en el departamento de Río Negro, nació hace 19 años Joaquina Gregorio. Estudiante de Fisioterapia en Montevideo, compagina su carrera con su rol como jugadora de baloncesto en el club uruguayo de 'Hebraica y Macabi'.

Pese a su corta edad, su vida no ha sido fácil, ya que durante su adolescencia le diagnosticaron un cáncer, el linfoma de Hodking. Como consecuencia de la enfermedad, recibió quimioterapia. Aquella circunstancia le hizo alejarse de la fe. Se preguntaba, como tantos otros en su misma situación, por qué le había tocado a ella: “Le pregunté a Dios qué estaba haciendo mal para pasar por eso. No lo entendía, soy deportista, me alimento bien, tenía una vida sana, una familia… Dios te pone a prueba, eso lo entiendes con el tiempo”, precisa en una entrevista concedida a 'Iglesia Católica en Montevideo'.

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Fueron siete meses de duro tratamiento, en los que Joaquina Gregorio debió abandonar el basket y permaner en la Fundación Pérez Scremini. Con el paso de los meses, la deportista se dio cuenta de que tenía que luchar con la ayuda de Dios, la familia y los seres queridos: “Fui encontrando sentido. No es un proceso de la noche a la mañana, es cuestión de tiempo, me llevó mucho entenderlo y aceptarlo. Después entendí que Dios no se deja ganar en generosidad. Ahora lo veo y digo: ¡qué salado!, En el deporte veo cómo Dios me exige en su amistad con él, en perseverar en ella y en la fidelidad”, explica durante la conversación.

Tras superar la enfermedad, recibió el alta, y hoy se somete a controles médicos cada seis meses. Al mes de recuperarse volvió a la cancha para retomar su principal pasión, el baloncesto.

El beato español Álvaro del Portillo, referente para la joven jugadora

La joven, que se define como una chica tranquila y humilde, tiene muchos sueños que cumplir con el apoyo de su familia, que siempre transmitieron los valores cristianos a Joaquina y a su hermana de catorce años: “Mis papás son comerciantes, dueños de una librería y una juguetería. Siempre viví con ellos, se preocupan mucho de mi y de mi hermana pequeña. Son personas de fe. Mis primeros estudios fueron en el Colegio San Vicente de Paúl, donde recibí formación humana y cristiana. Cursé los últimos tres años de secundaria en el Colegio Santa Luisa de Marillac, en Montevideo. La fe siempre estuvo presente en mi casa”.

En el día a día de Joaquina no faltan los momentos de oración, por la mañana y por la tarde: “La tecnología me ha ayudado a encontrarme con Dios. Hay muchas páginas e influencers de verdad, sobre todo en Instagram, eso es muy bueno. Vivo en la residencia Del Mar, somos 38 chicas, tenemos oratorio, misas y muchas actividades relacionadas con la vida espiritual”.

Su referente es el beato Álvaro del Portillo, obispo español y sucesor de San José María Escrivá de Balaguer: “Todos sus escritos y palabras me llegan mucho, al igual que su personalidad y carácter. También su amor por las cosas del día a día. No hace falta vivir lo extraordinario para poder disfrutar, se trata de poner amor en todo lo que haces; de esa manera se convierte en extraordinario”, reflexiona la jugadora de basket y estudiante de Fisioterapia.

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Joaquina Gregorio, una deportista que reza antes de cada partido

Entre los deportistas, hay muchos que precisan de la ayuda de Dios para conseguir sus metas. Joaquina Gregorio no es la excepción. Reza antes de cada partido ala Virgen y a la Santísima Trinidad.

No obstante, reconoce que la mayor parte de sus compañeras no sienten tan de cerca la presencia de Jesús: “A veces prefiero callarme, el ejemplo habla por sí solo. Tengo una amiga que juega hockey y le pasa lo mismo, es el mismo ambiente, pasan las mismas cosas. Hasta el día de hoy intento ver cómo incidir ahí y que puedan ver a Dios de alguna forma. En mi equipo saben que tengo fe, que soy creyente y católica, y me respetan. Eso no quiere decir que ellas lo vivan. Con las compañeras hemos tenido charlas sobre la existencia de Dios. No pierdo las esperanzas de que alguna se convierta.

Preguntada sobre su futuro, Joaquina asegura aspirar a seguir creciendo y dar el salto en lo deportivo y académico en el exterior: “Sigo con la esperanza de poder conocer otros lugares y realidades, disfrutar. Me quiero ir a estudiar y a jugar al básquetbol, puede ser a Estados Unidos. Me está ayudando un amigo contratista. También visualizamos Europa”.

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