IV Domingo de Pascua: El Buen Pastor

IV Domingo de Pascua: El Buen Pastor

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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IV Domingo de Pascua: El Buen Pastor, por el sacerdote Ángel Moreno de Buenafuente

Texto profético:

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Texto evangélico

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Texto patrístico

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Texto místico

Un pastorcico solo está penado,

ajeno de placer y de contento,

y en su pastora puesto el pensamiento,

y el pecho del amor muy lastimado.

2. No llora por haberle amor llagado,

que no le pena verse así afligido,

aunque en el corazón está herido;

mas llora por pensar que está olvidado.

3. Que sólo de pensar que está olvidado

de su bella pastora, con gran pena

se deja maltratar en tierra ajena,

y el pecho del amor muy lastimado. (San Juan de la Cruz)

Consideración

Si el Señor, por propia iniciativa se autopresenta como pastor bueno, y el creyente se acoge al cuidado de quien arriesga su vida por salvar a las ovejas de su rebaño, no es temeraria la confianza y el abandono en manos de pastor tan responsable, y tendrá a gala cantar: "El Señor es mi pastor, nada me falta, en verdes pradera me hace reposar".

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