Marcos Martínez, paciente de cáncer, en Unidos en COPE: “Intentas aferrarte a que quieres vivir”

La pandemia ha afectado especialmente a pacientes de otras enfermedades, como los oncológicos, que han visto retrasarse consultas e intervenciones

Tiempo de lectura: 2’

Uno de los protagonistas de la tercera edición de Unidos en COPE es Marcos Martínez. Marcos lleva diez años trabajando con pacientes de cáncer, desde su cargo como gerente del Grupo Español de Pacientes con Cáncer (GEPAC). Sin embargo, no se podía imaginar que un día se convertiría en uno de ellos.

En pleno confinamiento, a principios de abril del año pasado, se sometió a una resonancia magnética que no dio buenos resultados. “No se me olvidará, un sábado recibí la llamada de la Paz, un sábado no esperas nada bueno”, ha contado en Unidos en COPE. Pasó entonces por varias pruebas hasta que en julio llegó el diagnóstico: tenía cáncer de próstata.

Esos tres meses de espera no fueron nada fáciles para Marcos. “Intentaba tener la cabeza ocupada para no pensar, no darles vueltas. Me costaba leer porque me costaba concentrarme, necesitaba hacer cosas más triviales que me mantuvieran la cabeza ocupada”. Marcos ya se esperaba un mal diagnóstico, por lo que la confirmación le supuso casi una liberación, pero también vértigo por no saber qué iba a pasar: “Hasta que no te operan no sabes lo que va a haber, no sabes cuál va a ser la afectación real. Yo tenía mucha información y sabía que casi un 90% de los diagnosticados con cáncer de próstata sobreviven, pero existe un 10% que no. Intentas aferrarte a que quieres vivir”.

La intervención llegó en octubre, mucho más tarde de lo que habría sido habitual si no nos encontráramos en medio de una pandemia. Marcos recuerda la espera con tensión: “Estás pendiente de la llamada de teléfono porque sabes que en ese tiempo la enfermedad puede progresar”. Lo más duro para Marcos de su estancia en el hospital fue la soledad y el estar lejos de su familia: “Tienes las nuevas tecnologías y te ves por la cámara, pero somos humanos y necesitamos el contacto, la mano, la caricia, el beso”. El presidente de GEPAC ha reconocido que las horas durante el ingreso se le hicieron muy largas: “Tienes mucho tiempo para pensar. En ese momento te agarras a la vida, quizá solo la valoramos cuando estamos en una situación así, y te aferras a lo bueno. Yo quiero vivir”.

A Marcos no le faltan palabras de agradecimiento para los profesionales sanitarios que le atendieron en ese momento y siguen todavía todo su proceso: “He recibido un trato exquisito, intentaban suplir lo que no tuve, que era la cercanía de la familia”.

Su caso es una más entre los miles de pacientes con cáncer que durante este año han tenido que enfrentarse al miedo que supone una enfermedad tan grave y a la vez a la incertidumbre de la pandemia. En la conversación con Marcos ha salido un dato muy significativo, las llamadas de pacientes con cáncer al servicio de Psicología que les ofrece GEPAC se ha duplicado, mientras que un 40% de los pacientes ha dejado de ir a la consulta por miedo a contagiarse. Por no hablar de los retrasos en las derivaciones e intervenciones, como le ha sucedido a Marcos.

Un estudio realizado por GEPAC ha demostrado que 4 de cada 10 pacientes de cáncer viven solos. Durante el confinamiento, ha lamentado Marcos, eso se ha traducido en “ansiedad y angustia”.

Este año ha sido, y sigue siendo muy complicado para todos, pero algunos, como Marcos, lo han pasado especialmente mal. “¿Qué va a haber detrás? ¿Cuándo nos van a curar? ¿Cuándo nos van a vacunar?” son las preguntas que se hace Marcos, y que todavía no tienen respuesta.

Religión