«Una historia única: de Zaragoza a Guadalupe»

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Asistí el pasado lunes a la presentación del libro Una historia única. De Zaragoza a Guadalupe (Editorial Bendita María) de Angela Pelliciari, de quien ya en su día hablé en este medio. El acto tuvo lugar en la Parroquia de Santa Catalina de Siena de Madrid, y estuvo presidido por el obispo auxiliar de Madrid, Juan Antonio Martínez Camino, a quien acompañaban Michele Taba, Profesor del Instituto Superior de Ciencias Religiosas de la Universidad de San Dámaso y Prefecto de Estudios del Seminario Diocesano Misionero Redemptoris Mater - Nuestra Señora de la Almudena de Madrid, que hizo las veces de traductor, y la propia autora.

Abrió el turno de palabra Michele Taba, con una interesante intervención sobre la apologética católica dentro de la cual situó la obra que se presentaba. Taba aseguró en su intervención que «La obra historiográfica de Angela Pellicciari me parece que puede inscribirse en este contexto: en su trabajo de investigación, ella pudo verificar de primera mano que muchas veces las narraciones dominantes sobre los acontecimientos históricos no reflejaban lo presentado por las fuentes; al rigor histórico se sustituyen muchas veces visiones superficiales, parciales o incluso culpablemente inexactas al preferir arbitrariamente algunas fuentes respecto de otras».

«Podemos así entender—continuó— que sus estudios sobre el Risorgimento italiano o la masonería han requerido un trabajo honesto y profundo que ha sacado a la luz una verdad histórica ya olvidada por muchos, ocultada bajo las narraciones dominantes, escondida en el secreto de los archivos. El mérito de Angela es de no haberse limitado a las publicaciones científicas; ella ha querido compartir sus descubrimientos con el gran público mediante obras más divulgativas, en las cuales el rigor científico se acompaña a un estilo que facilita la lectura»

España y la Iglesia Universal

Por su parte, MartínezCamino señaló haber conocido a la autora años atrás. El libro que se presentaba venía a completar lo que en su opinión se había hablado de la historia de la Iglesia en España en otro libro anterior de la misma autora, ‘Una historia de la Iglesia’. Destacó que de la lectura del libro se desprendía el acompañamiento que la Virgen María había tenido con los destinos de España, particularmente reseñable en el servicio que España había prestado a la Cristiandad universal, un servicio único, como el propio título indicaba. Ciertamente adscribió a la autora dentro de la nueva corriente de la apologética católica. Además, subrayó que España aportó a la Iglesia Universal, incluidas en el libro: haber superado el dominio musulmán, con lo que supuso de protección para toda Europa, el entonces Occidente, y contribuido a la total erradicación de la amenaza en Lepanto.

La segunda contribución única de España a la Iglesia Universal fue la evangelización de América, desarrollada también a lo largo de la obra de manera inteligible y amena: única vez en la historia que un continente pasa a ser católico. Martínez Camino recordó que en ambas empresas estuvo presente la Virgen María, añadiendo la importancia de otra mujer, Isabel La Católica. Precisamente la Virgen de Guadalupe es buena muestra del acompañamiento a la evangelización de América, como Covadonga lo fue para la Reconquista.

Sin llegar a desvelar más detalles del contenido del libro, me referiré a la intervención de la autora destacando el comienzo de la misma: agradeció a Carmen Hernández, coiniciadora del Camino Neocatecumenal con Kiko Argüello y a quien está dedicado el libro, haber contribuído a la salvación de su vida, porque ella había participado en el 68, lo que dejó su vida destruída. Por otro lado, indicó haber conocido al obispo auxiliar de Madrid con anterioridad, al participar como experta en Lutero en un encuentro en Covadonga, donde descubrió la historia de España, quedando fascinada por ella y por figuras como Pelayo: su fe y sus escritos la sedujeron.

Las indicaciones de Isabel La Católica sobre que los indios vivan según razón, organizando la vida como en España, en pueblos, llevándoles no sólo la cultura cristiana si no también la greco romana, fomentando el mestizaje y la libertad, llegando a dejar escrito «No consientan ni den lugar que los indios reciban agravio alguno en sus personas y sus bienes, más manden que sean bien y justamente tratados». Me pareció especialmente interesante la observación de Angela Pelliciari en cuanto a su modo de hacer historia, absolutamente original, puesto que ella dijo que hace historia con la seguridad de que Dios existe, no como los demás historiadores, que hacen historia como si Dios no existiera. Este sentido profético de la historia impregna todo el libro y es de gran ayuda.

Hacer la historia legible, ligera, para todos los públicos y no para especialistas, es una estrategia a mi modo de ver genuinamente italiana, en el sentido de que la inauguró Vittorio Messori, y Angela Pelliciari la pone en práctica en este libro, el cual le agradezco enormemente como español y como católico. Como dijo don Michele, en el libro ella valora mejor la historia de España que muchos españoles.



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