La vida de Mikel Azurmendi: de miembro de ETA a su conversión al cristianismo en la etapa final de su vida

Azurmendi, fallecido este sábado, se alejó de la banda cuando esta comenzó su deriva criminal. Fundó plataformas como el 'Foro de Ermua' para combatir el terrorismo

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El pasado 6 de agosto, fallecía el filósofo y activista Mikel Azurmendi. Se trata de una de las primeras voces en alzarse contra el terrorismo de ETA. Fue cofundador del Foro de Ermua y su primer portavoz, aún a riesgo de su vida. También fue partícipe en la creación de la plataforma Basta Ya, dedicada a combatir socialmente a la banda terrorista.

Sin embargo, en la última etapa de su vida, sus creencias dieron un vuelco. Y es que Azurmendi se encontraba escuchando un día la radio cuando escuchó el análisis de actualidad de Fernando de Haro, director de La Tarde de COPE, a la luz de la Doctrina Social de la Iglesia. Fruto de esto, Mikel comenzó a acercarse a Dios poco a poco, hasta que terminó convirtiéndose al cristianismo tiempo después.

De ser parte de ETA a convertirse en su principal adversario

Mikel Azurmendi nació en San Sebastián (País Vasco) en 1942. Siendo uno de los primeros efectivos del grupo terrorista ETA, fue también de los primeros en abandonarla a causa de su deriva criminal.



Siendo portavoz del Foro de Ermua, sufrió un atentado y muchos actos de presión por parte de sus antiguos compañeros de la agrupación. Las constantes amenazas que recibía le obligaron a abandonar el País Vasco en agosto del 2000, aunque regresaría un tiempo después.

Se graduó de la carrera de Filosofía en la universidad de la Sorbona, en París, y se dedicó a impartir clases en la la Facultad de San Sebastián perteneciente a la Universidad del País Vasco, siendo profesor de Antropología.

La conversión de Mikel: "Gentes que entregan su vida por amor a Jesucristo"

En lo referente al aspecto espiritual, Azurmendi se encontraba alejado de Dios, de quien pensaba que "no es en nada diferente a creer en centauros, hadas o sirenas". Rechazaba todo lo que tuviera que ver con la religión y procuraba no acercarse a los católicos de su entorno. Sin embargo, todo cambió durante los últimos años de su vida.

En 2018, Azurmendi publicó 'El abrazo', un libro en el que afirmó sentirse tocado por Dios: "Me entra como miedo porque, cuando en ese juego de barcos uno queda tocado, enseguida lo hunden". En su testimonio de conversión, relata que le ayudó encontrarse con gente que "vivía la vida buena", el anhelo de plenitud del que él estaba hambriento y hallaba en estas personas.



"Me doy de bruces con unas gentes que practican la vida buena, la viven. Viven una vida absolutamente bella entregándola a otros por amor a Jesucristo, y quedas alucinado", comenta en una entrevista que le hizo el propio Fernando de Haro para la Diócesis de San Sebastián. Gracias a profundizar en su relación con estas personas, la admiración por su vida y el deseo de vivir su misma entrega, finalmente Azurmendi decidió convertirse en católico.

"Se precisa un encuentro con personas que te desconectan de lo que tú eras y te ponen a la escucha de algo nuevo", explica, poniendo de ejemplo tanto su propia vida como la de Dostoyevski, Solzhenitsyn, Jacques Maritain y otros autores conversos al cristianismo.

De hecho, a finales de 2020 dejó de lado el miedo para comenzar a hablar de confianza y gratitud diaria hacia el Señor: "Lo que cambia es la vida misma incluso a la edad de 78 años. Se trata de una experiencia de muerte del hombre viejo y recuperación del instante", explica mientras que valora cada instante de su vida como "un anticipo de lo eterno".

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