Omella defiende el respeto a la libertad religiosa: "Es un aspecto fundamental de la dignidad humana"

Ayuda a la Iglesia Necesitada denuncia que el 67% de la población mundial vive en países donde se vulnera el derecho de culto y profesión de las diferentes religiones

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El Arzobispo de Barcelona, Card, Juan José Omella, denunció en su carta dominical la persecución que viven millones de personas en el mundo a causa de sus creencias religiosas.

El purpurado se remitió al Informe Anual de Libertad Religiosa en el Mundo de Ayuda a la Iglesia necesitada, en el que se manifiesta que se producen vulneraciones al derecho de culto en 69 países, lo que afecta al 67% de la población mundial. Estas vulneraciones se dan a través de discriminación y de persecución hacia colectivos que profesen una determinada religión.



"En algunas zonas de las regiones de África del Norte y de Asia occidental, ser católico puede ser motivo de agresión por los más extremistas", declara el cardenal en su mensaje.

También se refirió a la situación en España, donde "afortunadamente, nadie teme por su vida, pero ser católico no está de moda y a menudo causa sorpresa, estupor y cierto rechazo". Denuncia las dificultades que se dan en algunos colegios públicos para acceder a formación religiosa, provocando una marginación de los creyentes por el hecho de serlo, algo que denomina -en palabras del Papa Francisco- 'persecución educada'.

El Santo Padre denunció la persecución educada como la creación de normas culturales que derivan en la reducción de las religiones "al silencio de la conciencia de cada uno, o a la marginalidad al recinto cerrado de los templos, iglesias o mezquitas".

Por último, Omella se remite al ejemplo de Cristo, que aceptaba y acogía a todos por igual, sin tener en cuenta su procedencia: "Jesús nos invita a dialogar para conocer a los demás y respetarlos tal como son".

¿Qué dice el Informe Anual de Libertad Relgiosa de 2021?

El Informe de Libertad Religiosa en el Mundo pone de manifiesto la situación de persecución que viven los creyentes en 62 países del mundo, lo que se traduce en un tercio de los países del mundo y en los que vive el 67% de la población mundial.

El origen se debe, en su mayoría, se debe al extremismo yihadista, autoritarismos y nacionalismos. Esta discriminación se traduce en menos ayudas humanitarias a minorías religiosas, limitación extrema del culto y la estigamtización de grupos religiosos, a quienes se culpa de la pandemia.



También desvela que, en 42 de los países, la profesión de una religión puede conllevar consecuencias legales y sociales perjudiciales para la persona, mientras que en 30 de estas naciones se han cometido asesinatos de personas por motivo de su fe.

El informe hace hincapié en la reclutación online de efectivos por parte de grupos terroristas, y afirma que los yihadistasbuscan crear un califato transcontinental que se gestione y coordine a través de internet.

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