Los capuchinos de Antequera cierran su convento tras 408 años de estancia: "Corazón abierto y agradecido"

En un breve mensaje, el superior de la comunidad ha querido agradecer la acogida de los vecinos de la localidad. Los frailes serán trasladados a Córdoba y Sanlúcar de Barrameda

Tiempo de lectura: 2’

La comunidad de frailes capuchinos de Antequera se ha visto obligada a cerrar su convento después de 408 años de presencia en la localidad.

En un breve mensaje de despedida, el superior del grupo de religiosos franciscanos ha querido expresar su agradecimiento a los vecinos de Antequera por la acogida que han recibido allí en todo momento: "El corazón siempre abierto y agradecido a todos los antequeranos, a los que apreciamos y a los que queremos de alguna manera llevar allá donde vayamos destinados". El mensaje del fraile termina deseando a todos la bendición y la paz de Dios.



La comunidad de frailes se ha visto obligada a abandonar la ciudad debido a la falta de vocaciones. Los miembros de la actual comunidad serán trasladados a los conventos presentes en Córdoba y Sanlúcar de Barrameda. La comunidad se encontraba presente en Antequera desde el año 1613, siendo la primera localidad en la que se asentaban los capuchinos dentro de la región andaluza.

El futuro de la iglesia capuchina

Después del abandono del convento, la diócesis de Málaga será la encargada de administrar el lugar. En este sentido, será el Obispado diocesano quien se encargue de dar continuidad a la casa de acogida Proyecto Hombreque allí se desarrolla.

Del mismo modo, la comunidad ha solicitado que se mantenga la apertura del templo, de forma que los fieles puedan continuar acudiendo al lugar. Dentro de esta iglesia se guardan los restos de siete mártires capuchinos de la Guerra Civil, así como la capilla del Señor del Perdón, muy frecuentada por los fieles. La iglesia destaca también por su extenso artístico, con pinturas de Antonio Ribera o Diego Márquez.

Desafortunadamente, no es la primera vez que un convento religioso se ve obligado a cerrar debido a la falta de vocaciones. A principios del mes de julio, Aleluya se hacía eco de la tristeza de cuatro hermanas cistercienses que se veían obligadas a abandonar el convento Santa Anan, ubicada en la localidad de Brihuega, tras 400 años de permanencia en el lugar. Estas religiosas fueron destinadas a un convento de la misma orden en Madrid, viéndose forzadas a dejar el que, durante muchos años, había sido su hogar.



Religión