Las tropas rebeldes de Birmania arrestan a un sacerdote por mantener supuestos contactos con el ejército

El sacerdote fue arrestado junto a un catequista mientras acudían a comprar medicinas en la ciudad de Hakha. La detención se produce en un marco de dictadura militar y represión

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El sacerdote Noel Hrang Tin Thang, párroco en la ciudad de Surkhua (Myanmar), ha sido detenido por los soldados rebeldes de la región de Chin. El grupo sublevado, denominado 'Hakha-CDF (Chinland Defence Forces)' y activo en el oeste de la nación birmana, es una célula surgida en rebelión a la dictadura militar.

El sacerdote fue arrestado el pasado 25 de julio bajo la acusación de que el presbítero mantenía contacto con el Tatmadaw, el ejército regular de Myanmar, lo que le convierte en un potencial informador del régimen militar sobre los movimientos rebeldes. Además del P. Noel, durante el suceso fue detenido un catequista que se dirigía con él a comprar medicinas en Hakha.

Anti-military coup protests in Myanmar

DPA vía Europa Press


La comunidad local defiende al sacerdote y afirma que se dedica a dar alojamiento y alimentos a los desplazados por los enfrentamientos, tal y como viene realizando la Iglesia de Myanmar desde el inicio del conflicto civil.

Tal y como explica la Agencia Fides, el P. Noel está acusado de haber sido visto con un general de los regulares. Sin embargo, el P. Paul Thla Kio -sacerdote de Hakha- explicó que se trata de un militar católico que frecuenta la iglesia y a quien el sacerdote arrestado suplicó que evitara los combates en la ciudad, a lo que el militar accedió. También explica que el ejército birmano, lejos de intentar detener las evacuaciones de civiles, han animado al clero a continuar con esta obra.

Myanmar: seis meses de dictadura y represión militar

El pasado 1 de agosto se cumplieron seis meses de la toma del poder en Birmania a manos de los militares. El golpe de Estado del 1 de febrero de 2021 supuso la detención del, por aquel entonces, líder del país, Aung San Suu Kyi. Desde ese momento, las protestas han sido duramente reprimidas por el ejército. Human Rights Watch acusa a los nuevos gobernantes de crímenes contra la humanidad, efectuando asesinatos, desapariciones forzadas y torturas, entre otros delitos de diversa índole.



A este dato se suma el informe de la ONG birmana Asociación de Asistencia para Prisioneros Políticos, que denuncia la muerte de, al menos, 930 birmanos, así como la detención de otras 7.000 durante protestas que clamaban por el regreso de un Gobierno civil. Además, Reporteros Sin Fronteras ha afirmado que el Ejército de Myanmar ha cerrado al menos ocho medios de comunicación dentro de su territorio.

Las manifestaciones en el país han continuado a pesar de la respuesta violenta del régimen. De hecho, el pasado 30 de julio tuvo lugar una en Rangún, capital de Birmania.

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