Vuelve a ver la toma de posesión de Jesús Pulido como obispo de la diócesis de Coria-Cáceres

Jesús Pulido ha sido ordenado obispo este sábado en una celebración presidida por el nuncio de Su Santidad, Bernardito Auza

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El hasta ahora director de la BAC y director del Secretariado de la Comisión para la Doctrina de la Fe, Jesús Pulido, ha sido ordenado obispo este sábado en una celebración presidida por el nuncio de Su Santidad, Bernardito Auza. Pulido, miembro de la Hermandad de Sacerdotes Operarios, aseguraba al final de la Eucaristía que llegaba con un saludo de paz y un mensaje de reconciliación, palabra elegida precisamente para su lema episcopal: Ministerium reconciliationis.

“La reconciliación nos recuerda que la alegría del cielo se experimenta aquí en la tierra bajo especie de perdón y misericordia. Es la alegría del evangelio, de quien encuentra la oveja perdida y la lleva sobre sus hombros», ha indicado en su alocución.

Además, también se ha referido al momento presente que vive la Iglesia con el Sínodo convocado por el Papa y a la pandemia del coronavirus.”Caminar juntos, la sinodalidad, a la que el Papa Francisco nos convoca, no es simplemente una nota o propiedad de la Iglesia, sino que expresa su naturaleza, su definición, su forma, su estilo: la Iglesia es camino, camino de salvación, y caminar juntos quiere decir contar con todos, no dejar a nadie atrás, al borde del camino, excluido, descartado”.

El cuidado

Por otra parte, ha tenido unas palabras sobre la cultura del encuentro, ya que la pandemia ha hecho descubrir la importancia frente a la cultura de la indiferencia.

“El coronavirus -ha indicado- no es una enfermedad individual sino colectiva; es el género humano el que lo ha contraído y, mientras no se cure todo el cuerpo, hay riesgo de recaídas. Somos responsables los unos de otros.

Además,ha expresado que “otras enfermedades de la humanidad tratamos de localizarlas en un lugar concreto poniendo fronteras para que no se diseminen: la pobreza, la guerra, la incultura, el hambre, el subdesarrollo, la corrupción… Pero también en estos casos, cuando un miembro está enfermo, todo el cuerpo sufre”, citando así la primera carta de san Pablo a los Corintios.

Los símbolos del obispo

Precisamente, al comienzo de su alocución, Jesús Pulido explicaba los símbolos del obispo: “El báculo no es cetro de poder ni bastón de mando, sino apoyo y sostén cuando uno se siente débil y cansado; el anillo es signo permanente de una vida ofrecida en alianza para siempre; la mitra no es corona de gloria, sino testimonio de que, por encima de nosotros pecadores, es Cristo mismo quien santifica y predica el evangelio; la cruz pectoral indica que este ministerio es una participación en la pasión de Cristo por la salvación del mundo entero; el fajín y el cíngulo me recuerdan que estamos ceñidos para servir y fajados para no recusar la labor”.

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