Revive un momento para la historia de la Iglesia: la Misa del Papa Francisco ante la tumba de Juan Pablo II

El 18 de mayo de 2020, con motivo del centenario del nacimiento de Juan Pablo II, Francisco ofició una Misa ante su tumba en el Vaticano: "Guió a toda la Iglesia"

Tiempo de lectura: 2’

Este martes, 18 de mayo, el Papa San Juan Pablo II cumpliría 101 años de vida. El Pontífice polaco falleció el 2 de abril de 2005. Su estado de salud en los últimos años era delicado, ya que a su avanzada edad se sumaban las secuelas que le había dejado el atentado del 13 de mayo de 1981, hace ahora cuarenta años.

Uno de los homenajes más especiales que se realizaron el pasado año para conmemorar el centenario de su nacimiento, lo protagonizó el Papa Francisco, cuando el 18 de mayo de 2020 presidió una Misa en la capilla de la Basílica de San Pedro, donde se encuentra la tumba del Karol Wojtyla.


video

Francisco recuerda a Juan Pablo II como un Papa de oración, cercanía y justicia durante la misa en su tumba


Una Misa que ofició el Santo Padre en medio de las restricciones impuestas por la primera ola de la covid-19, que daba sus últimos coletazos. El Papa comenzó rezando a "Dios, rico en misericordia", que llamó a "San Juan Pablo II" para que guiara a toda la Iglesia, para que nos concediera, "fortalecidos por su enseñanza, abrir con confianza nuestros corazones a la gracia salvadora de Cristo, único Redentor del hombre".

El Señor -dijo el Papa en su homilía- ama a su pueblo, visitó a su pueblo: y hace cien años, llamó a un hombre para dirigir la Iglesia. El Papa señaló tres rasgos que caracterizaron a Juan Pablo II: la oración, la cercanía al pueblo y el amor por la justicia. Ciertamente, San Juan Pablo II era un hombre de Dios porque dedicaba mucho tiempo a la oración. Sabía que la primera tarea del obispo era rezar.

El segundo rasgo que destacó Francisco, es que era un hombre cercano a la gente y recorrió el mundo buscando a su gente. Y la cercanía es uno de los rasgos de Dios: Dios está cerca de la gente. Una cercanía que se hace fuerte en Jesús. Un pastor está cerca de la gente, de lo contrario es sólo un administrador.

También era un hombre que quería justicia: justicia social, justicia del pueblo, la justicia que caza las guerras, pero justicia plena y para ello hablaba de la misericordia: porque no hay justicia sin misericordia, van juntas. Hizo tanto para que la gente entendiera la Divina Misericordia, especialmente con la devoción a Santa Faustina. Oremos hoy, concluyó, para que nos dé a toda la gracia de la oración, de la cercanía y de la justicia que es misericordia y de la misericordia que es justicia.

Religión