El vuelo del Papa Francisco aterriza en Kinshasa que da comienzo a su 40º viaje apostólico

El Pontífice inicia ahora su peregrinación de cuatro días por la capital del país antes de poner rumbo a Sudán del Sur

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El Papa Francisco acaba de aterrizar - 25 minutos antes de lo previsto - en el Aeropuerto Internacional de Kinshasa que da comienzo así a su 40º vieje apostólico. El Pontífice inicia ahora su peregrinación de cuatro días por la capital del país antes de poner rumbo a Sudán del Sur, donde estará tres días acompañado por el arzobispo de Canterbury, Justin Welby, y el moderador de la Asamblea General de la Iglesia Presbiteriana de Escocia, Iain Greenshields.



Para velar por la seguridad del Pontífice y de todos los fieles que acudirán a los encuentros se ha redoblado la vigilancia, la Guardia Suiza que protege al Papa ha estudiado al milímetro todos los desplazamientos y la organización del viaje ha optado por eliminar los traslados a las zonas más peligrosas, y por lo tanto, el Pontífice no se desplazará a Kivu del Norte, una zona donde milicias muy violentas combaten entre sí para apropiarse de la explotación de minas de coltán y donde las violaciones y ataques sexuales por parte de guerrilleros contra mujeres está a la orden de día.




Además, fue el epicentro del último brote del ébola en la República Democrática del Congo. Más de 120 grupos rebeldes están presentes en la zona. El Pontífice tampoco se acercará a un campo de desplazados en Sudán del Sur, citas previstas en la agenda del viaje que tuvo que anularse el pasado año por los problemas de movilidad de Francisco.

Las autoridades de Kinsasa han reforzado la seguridad del entorno de la Nunciatura donde se alojará el pontífice, creando una "zona cero", llamada "jurisdicción pontificia", en la que se prohibirá la total circulación de personas si no se tiene una autorización especial. El director de la oficina de prensa de la Santa Sede, Matteo Bruni, ha reiterado que no existen “amenazas específicas" por las que haya que temer durante el viaje.

La última visita de un pontífice a la capital congoleña, Kinshasa fue en agosto de 1985, cuando el entonces papa Juan Pablo II permaneció dos días en ese país, que entonces se llamaba Zaire. El Papa Francisco estuvo por ultima vez en África en 2019 con un viaje a Mozambique, Madagascar y Mauricio.



La RDC es el segundo país más grande de África, después de Argelia

Se estima que su población se acerca a los 92 millones de personas que pertenecen a doscientos grupos étnicos diferentes, en su mayor parte bantúes. Hablan centenares de lenguas, entre ellas el francés, puesto que el Congo fue una colonia belga de 1908 a 1960. En su interior se encuentra la selva del Congo, la segunda mayor del planeta tras la del Amazonas.

Tan sólo hace falta echar un vistazo a sus fronteras para comprender que se encuentra en el epicentro de una región donde la violencia y la inestabilidad política es un mal endémico que ha originado grandes hambrunas y ha provocado desplazamientos masivos de la población, que subsisten como pueden en alguno de los campos de refugiados más grandes del mundo. En 2014, el Índice de Desarrollo Humano de las Naciones Unidas situó a la RDC en el penúltimo puesto.

Al sur, RDC limita con Angola y Zambia; al norte con la República del Congo, Sudán del Sur y la República Centroafricana; al este, Uganda, Ruanda, Burundi y Tanzania.



Un país en constante guerra civil

Cuando el Congo consiguió la independencia en 1960, las distintas tribus desencadenaron un lucha genocida para hacerse con el poder. El ejército entró en liza persiguiendo a la población blanca que aún quedaba en el país, a lo que Bélgica envió un contingente para proteger a los ciudadanos europeos. Joseph Mobutu (1930-1997), un antiguo sargento de la época colonial que se habíaconvertido en líder del Ejército Congoleño, dio un golpe de Estado y asesinó al primer ministro. Desde hace más de 25 años las guerras civiles no cesan, alimentadas por la corrupción de los dirigentes y el deseo de las distintas facciones de hacerse con los ingentes recursos naturales del país: cobalto, cobre, diamantes, oro, plata, zinc, carbón, manganeso,y, sobre todo, el codiciado coltán.

Los ataques de las Fuerzas Democráticas Aliadas, grupo extremista que en 2019 juró lealtad al Estado Islámico en África Central son constantes. Según estimaciones, el conflicto congoleño causó unos 2.500 muertos tan solo en 2021. Los últimos datos de la ONU estiman que entre junio de 2021 y marzo de 2022 podrían haber muerto en las regiones de Kivu Norte e Ituri 1.261 civiles a manos de los grupos armados. Calculan que las guerras, las enfermedades y el hambre han matado a seis millones de personas, de ellas, la mitad de las víctimas han sido niños menores de cinco años.

La misión de paz de las Naciones Unidas contribuye en lo que puede para evitar el estallido de una nueva guerra a gran escala.

La proyección demográfica de la República Democrática del Congo estima que en 2050, se podría llegar a los 170 millones de habitantes. Mientras sus riquezas son explotadas por terceros, la esperanza de vida de sus habitantes ronda los 50 años. Continuando con estas cifras demoledoras, el Índice de Desarrollo Humano sitúa a la RDC en el puesto 175 mundial (sobre un total de 189 países), mientras que Sudán del Sur está en el puesto 185.



Sudán del Sur, el país más joven del mundo, en constante búsqueda de paz

En la segunda parte del viaje a África, el Papa visitará el país más joven del mundo, Sudán del Sur, bajo el lema "Rezo para que todos sean uno", una clara apuesta por la superación del conflicto interno que no cesa. Viajará acompañado de otros dos líderes religiosos, Justin Welby, arzobispo de Canterbury y responsable de la Iglesia anglicana y el «moderador» de la Asamblea General de la Iglesia de Escocia, el presbiteriano Iain Greenshields. Desde hace años, los tres han impulsado unidos el proceso de paz en Sudán del Sur, para poner fin a la guerra civil en diversas fases que estalló tras el golpe de estado de diciembre de 2013.

Que acudan juntos en este viaje ecuménico servirá para respaldar y dar autoridad a los representantes de las Iglesias cristianas del país. Sudán del Sur es un país mayoritariamente cristiano, el 52% de los sursudaneses se consideran católicos y el 9,33% pertenecen a otras confesiones cristianas.



En 2019, cuando el número de víctimas mortales ya llegaba a 200 mil personas, el Papa convocó en el Vaticano a los representantes de ambas facciones para un retiro espiritual. Allí se produjo esa imagen que todos recordamos, cuando el Pontífice besó los pies del presidente y de su principal rival, implorándoles un acuerdo para poner fin a esta tragedia.

Será la primera vez que un pontífice visite Sudán del Sur, un país en el que su estabilidad en estos momentos depende, en gran medida, de su presidente y su vicepresidente, Salva Kiir y Riek Ma- char. Sus encuentros y desencuentros, marcados por los intereses del momento originan los constantes vaivenes políticos del país. El pontífice se reunirá con los dos, porque son los protagonistas de lo que sucede en el país desde el comienzo de la guerra en 2013. Hasta la firma del acuerdo de paz de 2018, la guerra había provocado cerca de 400.000 fallecidos. Sudán del Sur continúa siendo uno de los lugares más peligrosos del mundo para los trabajadores humanitarios. A comienzos de 2023 tres cooperantes fueron asesinados mientras prestaban ayuda a personas vulnerables.

El representante especial de Naciones Unidas en Sudán del Sur, Nicholas Haysom, ha insistido recientemente al presidente Salva Kiir que no se retrase la celebración de las elecciones, previstas para 2024, como parte del acuerdo de paz. La seguridad del país, principalmente en manos del Ejército se apoya también sobre las dos misiones de Naciones Unidas en Sudán del Sur.

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