El Papa, en la Audiencia General: "Millones de personas no tienen derecho a comer, a la educación, a trabajar"

El Santo Padre ha continuado con la catequesis de la Carta de San Pablo a los Gálatas y ha denunciado la existencia, hasta el día de hoy, de la "esclavitud de la mujer"

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Esta mañana en el Aula Pablo VI, durante la Audiencia General, el Papa Francisco ha recordado que hombres y mujeres tienen la misma igualdad y, ha denunciado que, a lo largo de la historia, hasta el día de hoy, “hay una esclavitud de la mujer”.

Durante la Audiencia General el Santo Padre señaló que San Pablo, en su Carta a los Gálatas, subraya la igualdad de todas las personas por medio de la redención de Cristo.

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Recordar con gratitud el momento de nuestro bautismo

Igualdad entre judíos y paganos, entre libres y esclavos, entre hombres y mujeres. Y, a pesar de ello, lamentó el Pontífice, la igualdad entre el hombre y la mujer, proclamada por San Pablo de forma revolucionaria, “hay necesidad de reafirmarla también hoy”.

El Papa llama la atención sobre lo que sucede a menudo a los cristianos: “Damos por descontado esta realidad de ser hijos de Dios”, por lo que subraya el llamado de Pablo: “La fe en Jesucristo nos ha permitido convertirnos realmente en hijos de Dios y sus herederos”. Por eso, los cristianos debemos recordar con gratitud el momento de nuestro bautismo "para vivir con mayor conciencia el gran don que hemos recibido".

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"¿Quién de ustedes sabe la fecha de su bautismo?"

Si hoy preguntara, dice Francisco, "¿Quién de ustedes sabe la fecha de su bautismo?", no creo que se levantarán muchas manos... Pero es la fecha en que fuimos salvados, la fecha en que nos convertimos en hijos de Dios. Ahora, los que no lo sepan, que pregunten a su padrino, madrina, padre, madre, tío, tía: "¿Cuándo me bautizaron? ¿Cuándo fui bautizado?", y recordar esa fecha cada año: es la fecha en la que fuimos hechos hijos de Dios. ¿De acuerdo? ¿Lo harás?

En su carta “Pablo afirma la profunda unidad que existe entre todos los bautizados, a cualquier condición pertenezcan, porque cada uno de ellos, en Cristo, es una criatura nueva. Toda distinción se convierte en secundaria respecto a la dignidad de ser hijos de Dios, el cual con su amor realiza una verdadera y sustancial igualdad. Todos, trámite la redención de Cristo y el Bautismo que hemos recibido, somos iguales: hijos e hijas de Dios. Iguales”.

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"Jesús se convierte en nuestro hermano"

Esa filiación de la que habla Pablo “ya no es la general que afecta a todos los hombres y las mujeres en cuanto hijos e hijas del único Creador. En el pasaje que hemos escuchado él afirma que la fe permite ser hijos de Dios ‘en Cristo’”.

“Es este ‘en Cristo’”, insistió el Papa, “el que hace la diferencia. Hemos sido hechos hijos de Dios como todos. Todos los hombres y mujeres somos hijos de Dios, cualquiera que sea la religión que tengamos. Pero es el ‘en Cristo’ el que marca la diferencia para los cristianos. Esto viene de la participación de la redención de Cristo y, en nosotros, en el Sacramento del Bautismo, así comienza. Jesús se ha convertido en nuestro hermano, y con su muerte y resurrección nos ha reconciliado con el Padre. Quien acoge a Cristo en la fe, por el bautismo es ‘revestido’ por Él y por la dignidad filial”.



Los nuevos esclavos

Por lo tanto, Francisco señaló que Pablo enseña que, por medio del bautismo y de la redención de Cristo, se consagra la igualdad de las personas una igualdad que elimina las diferencias entre libres y esclavos. Sin embargo, advirtió que esa igualdad todavía no es efectiva, porque todavía existen esclavos en el mundo: “Mucha gente en el mundo, mucha, millones, que no tienen derecho a comer, no tienen derecho a la educación, no tienen derecho al trabajo. Son los nuevos esclavos. Son los que se encuentran en las periferias y que son explotados por todos. También hoy hay esclavitud. Pensemos un poco en esto. Demos a esta gente la dignidad humana”.

La catequesis finalizó con un llamado a la memoria: “y no olvides: cuando vuelvas a casa: "¿Cuándo me bautizaron? ¿Cuándo me bautizaron?", pide tener siempre presente esa fecha. Y tú también vendrás a celebrarlo cuando llegue la fecha. Gracias.”



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