VIDEO: Así relata un vendedor de helados de Roma cómo fue su visita al Papa Francisco

El propietario de la heladería, Sebastián Padrón, acudió junto a su familia a la Santa Sede, donde el encuentro con el Pontífice dejó multitud de detalles y anécdotas

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Sebastián Padrón tiene 47 años y es un especialista en confeccionar helados artesanales. Antes de probar fortuna en Italia tenía un negocio de helados en la localidad argentina de Los Hornos. Su vida cambió cuando conoció a la romana que hoy es su mujer, Silvia, junto a la que ha formado una familia en Roma. Tienen dos hijos pequeños: Maite y Luca.

Hace 2 años decidió abrir una heladería muy cerca de la Basílica de San Pedro. Como sabía que al Papa Francisco le gusta mucho el dulce de leche, un postre típico argentino, se lo ha hecho llegar en distintas ocasiones hasta su casa en Santa Marta. Esta especialidad es una de las más solicitadas en su establecimiento: el helado de dulce de leche granizado. Tras cada envío ha recibido siempre el agradecimiento del Papa y además el propio Francisco se ha encargado de enviarle clientes, a los que previamente había invitado a probar la buena calidad de los helados de Sebastián. En no pocas ocasiones también ha recibido encargos para Santa Marta o para otros departamentos del Vaticano por indicación del Papa.

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Una invitación a la casa del Papa que nunca olvidaremos

La historia de este encuentro ha trascendido gracias a la periodista Elisabetta Piqué, corresponsal del diario argentino La Nación en Italia. Sebastián es un emprendedor nato. Cuando COPE fue a conocerle en su heladería comprobó que además de los helados había puesto a la venta productos típicos argentinos como empanadillas de carne, medialunas, alfajores, incluso el típico mate y los famosos vinos de ese país.

Fueron precisamente unas empanadillas de carne las que envió al Papa para que las probara. Fue el propio Francisco quien le llamó para agradecérselas. Le aseguró que estaban muy buenas y le invitó a que acudiera pronto a Santa Marta junto a su familia. Lo que realmente dejó desarmado a Sebastián fue la delicadeza del Pontífice al preguntarle cuál era el horario que le venía mejor según sus compromisos de trabajo. La cita se fijó un jueves a las 17 horas.

Hasta el día de aquel encuentro en Casa Santa Marta Sebastián nunca había visto al Papa. Acudieron a la cita nerviosos y emocionados, pero en cuanto Francisco entró muy puntual en el pequeño salón donde tuvo lugar la reunión, se disiparon los temores y se sintieron como en casa.

Sebastián relata que estuvieron conversando cerca de 40 minutos de los temas más diversos y al Papa le interesó especialmente por cómo estaban pudiendo sacar adelante la heladería en esta época de pandemia. Cuando Sebastián le contó que había ideado una nueva estrategia de ventas porque con tan pocos turistas en Roma apenas vendía helados y decidió ampliar el negocio, Francisco le felicitó por su “creatividad” para reinventarse en una época crítica para los pequeños negocios, y más en una ciudad como Roma que vive del turismo.

Uno de los momentos más entrañables de la reunión tuvo lugar cuando su hija le entregó el dibujo que le había llevado. El Papa le preguntó quienes eran las figuras que aparecían y ella se lo explicó al detalle. Tan emocionada y nerviosa estaba que hasta se le saltaron las lágrimas.

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En aquel encuentro no faltó de nada, hubo incluso intercambio de regalos. Sebastián le llevó una canasta con diversos productos de su tienda: empanadas de carne, alfajores, helado de dulce de leche granizado, de sambayón y de chocolate con almendras, medialunas de manteca y una botella de vino argentino.

Francisco le regaló un crucifijo, rosarios y una caja de vinos argentinos. Sebastián relata que en un momento de la reunión el Papa reconoció que estar con ellos le hacía mucho bien, porque le hacía sentirse vecino, en casa, en su barrio, como si estuviera en Argentina.

Antes de despedirse, Francisco, mirando a la pequeña les dijo: …. “tengo que agarrar la cosa más importante” y tomando el dibujo se lo llevó hasta su cuarto de trabajo con inmenso cariño.

Para ellos fue un gesto que nunca olvidarán

Si te apetece probar el helado de dulce de leche granizado que tanto gusta al Papa, cuando viajes a Roma no dejes de pasarte por la Gelatería Artigliianale Padrón. Te la encontrarás en Via Gregorio VII nº 38.

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