La paz, el final de las armas o reivindicación de la mujer: 'Pacem in terris', la encíclica de Juan XXIII

Francisco ha hecho alusión a la encíclica publicada por el Papa italiano el 11 de abril de 1963, donde reclamaba la paz en un mundo que, como hoy, estaba marcado por las guerras

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El Papa Francisco no ha pasado por alto durante la audiencia general una efeméride importante en la historia de la Iglesia del siglo XX: la publicación de la última de las ocho encíclicas de Juan XXIII, 'Pacem in terris',el 11 de abril de 1963.

El documento sería publicado por el Santo Padre italiano en el contexto de la Guerra Fría y de tensiones mundiales. Un escenario que, con matices, recuerda al mundo de hoy, ya que uno de los actores protagonistas vuelve a ser Rusia tras invadir Ucrania en febrero de 2022. De ahí que Francisco haya manifestado que el mensaje de Juan XXIII de “regular las relaciones entre países no recurriendo a la fuerza de las armas, sino a la luz de la razón" sigue vigente hoy igual que hace seis décadas.

Los mensajes más destacados de 'Pacem in terris'

Los cuatro principios para alcanzar la paz

'Pacem in terris' fue publicado el Jueves Santo de aquel 1963, tan solo 53 días antes de la muerte del Papa italiano. La paz era el mensaje central de su encíclica, como decimos en un contexto de Guerra Fría como consecuencia de la Segunda Guerra Mundial. El mundo seguía pendiendo de un hilo, ya que coincidía con el estallido de la Crisis de los Misiles de Cuba o la guerra de Vietnam.

De ahí que Juan XXIII manifestase que “la paz entre todos los pueblos ha de fundarse en la verdad, la justicia, el amor y la libertad”.

Durante la encíclica 'Pacem in terris', quien fuera obispo de Roma entre 1958 y 1963 ponía el énfasis en los derechos y deberes que deben observar los seres humanos y los estados, en las relaciones entre sí y en las relaciones con otros seres humanos y otros estados, con la finalidad de conseguir la paz y el bien común; señalaba además que el ser humano debe tener paz interior para poder conseguir la paz social.

“En toda convivencia humana bien ordenada y provechosa hay que establecer como fundamento el principio de que todo hombre es persona, esto es, naturaleza dotada de inteligencia y de libre albedrío, y que, por tanto, el hombre tiene por sí mismo derechos y deberes, que dimanan inmediatamente y al mismo tiempo de su propia naturaleza. Estos derechos y deberes son, por ello, universales e inviolables y no pueden renunciarse por ningún concepto”, puede leerse en el documento.

Prohibición de las armas nucleares y respeto a las minorías

En el plano internacional, invita a las naciones a frenar la carrera armamentística y a prohibir las armas nucleares. De hecho, otorgaba a la ONU la responsabilidad de promocionar la buena relación entre los pueblos y la consecución de la paz, así como también la importancia de la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

Por otro lado, reivindicaba el papel de la mujer en el hogar y en la sociedad, llamaba a respetar los derechos de los exiliados y las minorías étnicas.

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