El Papa Francisco llama a “correr al encuentro de Cristo” y a buscarlo “en el rostro de los hermanos” en su homilía de Pascua
En la homilía de Pascua, leída por el cardenal Comastri, el Pontífice ha invitado a buscar a Cristo en lo cotidiano y a dejar atrás el desencanto: “Cristo ha resucitado, está vivo”.

El Cardenal Angelo Comastri pronuncia la homilía escrita por el Papa Francisco
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“Cristo ha resucitado, está vivo. ¡La muerte no lo ha podido retener!”, ha escrito el Papa Francisco en la homilía para la Misa del Domingo de Pascua, celebrada esta mañana en el sagrato de la Basílica de San Pedro. Frente a miles de fieles romanos y peregrinos del mundo entero, el cardenal Angelo Comastri ha leído el mensaje preparado por el Pontífice.
Desde las primeras líneas, el Papa ha recordado que los discípulos corrieron al saber que el sepulcro estaba vacío, y con ello trazó el tono de toda su reflexión: “Este ‘correr’ expresa la actitud interior de quien se pone en búsqueda de Jesús”. Y ha insistido: “Cristo ha resucitado, está vivo. La muerte no lo ha podido retener”.
Límpianos del polvo triste de la costumbre, del cansancio y del desencanto; danos la alegría de despertarnos cada mañana con ojos asombrados al ver los colores inéditos de ese amanecer
Homilía para la Misa del Domingo de Pascua, 20 de abril 2025
Francisco ha animado a los cristianos a no reducir al Resucitado “a una bonita historia del pasado”, ni pensarlo como “una estatua colocada en un museo”. “Hay que buscarlo en la vida, en el rostro de los hermanos, en lo cotidiano, en todas partes menos en aquel sepulcro”.
La Pascua como movimiento
El mensaje ha insistido en que la fe pascual “no es una solución estática”, sino una fuerza que nos empuja a movernos: “La Pascua nos impulsa al movimiento, nos empuja a correr como María Magdalena y como los discípulos”.
También ha hablado de una fe activa que ilumina la existencia: “Él está vivo y permanece siempre con nosotros, llorando las lágrimas de quien sufre y multiplicando la belleza de la vida en los pequeños gestos de amor”.
Además, en el contexto del Año Jubilar, el Papa ha pedido renovar la esperanza cristiana: “A confiarle a esta esperanza el futuro de nuestra vida y el destino de la humanidad”.
“Límpianos del polvo triste de la costumbre, del cansancio y del desencanto; danos la alegría de despertarnos cada mañana con ojos asombrados al ver los colores inéditos de ese amanecer”, ha escrito Francisco en la homilía. “Contigo, Señor, todo es nuevo. Contigo, todo comienza de nuevo”, ha concluido.